“Un fracaso más”, juzga el pueblo peruano. Desde un análisis netamente futbolístico, el desempeño de la sub-20 fue débil en sus 4 presentaciones; sin embargo, la Unidad Técnica de Divisiones Menores de la FPF sustentó, reiteradamente, que el proyecto es a largo plazo.
Siguiendo esa línea, la pronta eliminación del certamen se puede interpretar como una incómoda etapa en pos del resurgimiento del balompié incaico.
El conjunto conducido por el novel técnico argentino Fernando Nogara tuvo un estreno tibio en el grupo B. El primer escollo fue Argentina, con 5 títulos mundiales bajo el brazo. La Blanquirroja ante la sorpresa de los asistentes, no se amilanó y golpeó a la selección albiceleste en la primera mitad por intermedio de Roberto Siucho.
Lastimosamente, la complementaria marcó el cambio del libreto incaico con un repliegue intensivo que invitó a los gauchos a campo propio y, por ende, la paridad del marcador a pocos segundos del final.
El segundo contrincante fue Bolivia. En el papel, el adversario idóneo para convertir los chispazos de buen fútbol de la primera jornada, en goles, pero el cuadro nacional se encontró frente un esquema contrario que propuso mucha dinámica, superándolo sin discusión (2-0) y negándole la posibilidad de retomar la confianza.
Con la obligación de sumar sus primeros 3 puntos, Perú se medía con Venezuela, que consciente de la desesperación de la Bicolor, intentó manejar los tiempos del partido hasta que apareció Siucho para adelantar a Perú. En el segundo tiempo, sucedió lo impensado: nuevamente se cedió la posesión del balón al rival y llegó el empate a falta de 2 minutos para terminar el desenlace.
Y para no perder el hábito de los últimos años, llegó el momento de prender la calculadora y jugar la última “carta” contra el rival más incómodo: Uruguay, que afronta cada encuentro como una guerra.
Lejos de pelear el encuentro con argumentos. Se repitió un guión completamente ajeno a nuestra propuesta: el desgaste físico y el roce. Uruguay castigó categóricamente a Perú (2-0) y alargó su ausencia en un campeonato mundial.
Una historia repetida y un punto de 12 en juego como saldo.
