El Sport Boys del Callao se resiste a morir
Publicado el 14/10/16
Minado por pésimos manejos administrativos en los últimos años, pero empujado por su histórica grandeza, el Sport Boys del Callao, uno de los clubes más tradicionales del Perú, vive sumergido en un vaivén de angustias. Pero no hay espacio para lamentos, la gloriosa Misilera tiene una ineludible tarea: mantener la categoría y aflorar su guapeza en una situación límite, condición que los chalacos conocen y bien.
Aquellos años fantásticos de brillo y magia con Raúl Chappel, Segundo “Titina” Castillo, Prisco y Jorge “Campolo” Alcalde, Alberto Baldovino, en 1935. Tito Drago, Guillermo Barbadillo, Valeriano López, Pedro y Guillermo Valdiviezo, en el título de 1951. Los campeonatos de 1958 y 1981, al mando de Marcos “el Oso” Calderón.
El atrevimiento de Juan Carlos “el Pato” Cabanillas para jugar al fútbol. El conjunto de los noventa con los brasileños Marquinho y Cláudio Adão… Estos son algunos de los pasajes que recuerda con mucha añoranza Ricardo “Agüita” Luna, el buen aguatero del cuadro rosado desde hace 76 años; mientras recorre los pasillos de la sede principal del club, en el corazón del Callao. Toda una vida de sabor y pasión.
En una paradoja que solo propone el fútbol, el equipo que deleitó con tantas jornadas de desenfreno en las gradas del ahora remodelado Telmo Carbajo atraviesa una pesadilla debido a asuntos extrafutbolísticos (la pérdida de 10 puntos por deudas). Insólito, pero cierto: Sport Boys, una leyenda viva, puede descender a su liga de origen (Liga Regional de la Provincia Constitucional del Callao) por problemas económicos.
Abrumado entre la música del cantante de los cantantes Héctor Lavoe, ídolo de la zona; el olor a anchoveta y la adrenalina que solo genera el Callao, la Nación Chalaca está en pleno estado de efervescencia en la víspera del juego que la Rosada sostendrá este domingo desde las 15:00 horas con el Sport Áncash, por la fecha 23 de la segunda división del fútbol nacional. Encuentro crucial para sus aspiraciones.
“Boys no va a descender. No pienso en esa hipótesis, porque no va a ocurrir”, apunta Carlos Elías, referente del equipo en la presente temporada. “He pasado tantos días maravillosos aquí, que me quedaré en el Boys, incluso si siguen los malos momentos”, expresa Carlitos, autor del gol decisivo con que superaron a Cobresol de Moquegua (3-2) en el 2009 y que permitió su retorno a la máxima división del balompié doméstico.
“Incluso, si mucha gente no lo cree, jugaremos cojos de ser necesario para evitar ese descenso brutal”, agregó el hábil volante, el cual prometió “hacer todo lo necesario para mantener la categoría”.
La atmósfera del encuentro tendría un papel importante. “Oír a la Juventud Rosada en la tribuna sur, en estas condiciones, siempre es una motivación soberbia. La tarea es dura por los 10 puntos de penalización que sufrimos, pero tenemos el deber de intentarlo porque el Boys representa un motivo de orgullo para todos nosotros”, añadió.
Juventud Rosada
“Todo mi respeto para las personas que cada fecha nos apoyan y empujan a dar la vida por esta camiseta. A ellas les prometemos jugar con el cuchillo entre los dientes estas diez finales que restan para que nuestro amado Boys se quede en segunda y el otro año pelee el ascenso”, sentencia Carlos Elías. Agüita, por su parte, se despide con un contundente “¡Vamos Boys, carajo!”, que retumba las viejas paredes de la sede social del club, en la calle Teatro 153.
Aún quedan diez fechas, mucho pan por rebanar; sin embargo, el ambiente que se respira por todos lados es de final. Algunos hinchas acérrimos frecuentan la iglesia matriz y otros más apelan al Señor del Mar, patrón del Callao. La esperanza jamás se perderá.
Datos:
Tiene 89 años de vida institucional.
Ha logrado seis títulos nacionales (1935, 1937, 1943, 1951, 1958 y 1984) y participado seis veces en Copa Libertadores (1967, 1977, 1986, 1991, 1992 y 2001).
Ídolos: Valeriano López, Jorge “Campolo” Alcalde, Guillermo Barbadillo, Marcos Calderón, Julio Meléndez, Oswaldo “Cachito” Ramírez, entre otros.