Las FARC mataron a sus padres, ellos apoyan la paz en Colombia
Publicado el 15/09/16
Bogotá, set. 15. Harry González, Sebastián Echeverry y Eduardo Bejarano tienen, al menos, dos cosas en común: sus padres murieron a manos de las FARC y ahora ellos promueven el “Sí” en el plebiscito con el que Colombia busca aprobar el pacto de paz con esa guerrilla.
Echeverry tenía cuatro años cuando su padre, quien era diputado del departamento de Valle del Cauca, fue secuestrado en 2002 por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia
(FARC, marxista).
Los cinco siguientes años de su infancia transcurrieron entre manifestaciones y pruebas de supervivencia, hasta que llegó la noticia: Ramiro Echeverry había sido asesinado junto a otros 10 diputados de esa región, en un hecho que fue calificado hace unos días por la propia guerrilla de “absurdo” y “vergonzoso”.
“Fue una infancia totalmente diferente, extraña, en la cual yo no recuerdo muchos colores, rondas o amigos, sino recuerdo marchas interminables, recuerdo grabaciones de palabras mías diciéndole (cosas) a mi papá porque así era como nos comunicábamos para las pruebas de supervivencia”, contó a la AFP Echeverry, de 19 años y estudiante universitario.
En un momento, prometió vengar la muerte de su padre, pero convirtió su dolor en perdón y ahora promueve el “Sí” en la campaña para el plebiscito en que los colombianos deberán aprobar o rechazar el próximo 2 de octubre el pacto de paz que alcanzaron las FARC y el gobierno de
Juan Manuel Santos en Cuba.
“El ‘Sí’ en el plebiscito es básicamente porque yo descubrí que cuando tú perdonas y no miras hacia el pasado, pasas esa página, te das cuenta de que eres mejor persona y que eres capaz de construir”, dijo este joven a AFP.
“Que no haya más víctimas”
Echeverry participó este miércoles en Bogotá en el registro del movimiento “Obvio sí”, en el que activistas por la paz y víctimas del conflicto armado se unieron para promover la aprobación del acuerdo.
Allí coincidió con otros que, como él, perdieron a sus padres por la violencia de las FARC como Harry González, copresidente de la Comisión de Paz de la Cámara de Representantes del Congreso, y Eduardo Bejarano, hijo del exconsejero de paz Jesús Antonio Bejarano.
Con banderas blancas con el “Sí” y la palabra “perdón” en sus bocas, pidieron a los colombianos ir a las urnas para acabar con un conflicto de más de medio siglo en el que también han participado otras guerrillas, paramilitares y agentes del Estado, dejando un saldo de más de 260.000 muertos, 45.000 desaparecidos y 6,9 millones de desplazados.
“El perdón es algo muy personal de cada víctima, es de la intimidad de la víctima, y por eso hay que encontrar otras motivaciones. En mi caso, encontré una gran motivación y es buscar que no haya más víctimas del conflicto armado en Colombia”, dijo González, cuyo padre fue asesinado por las FARC en 1996.
Este hombre, hoy de 38 años, contó que su papá, Jesús Ángel González, era gobernador del Caquetá (sur) cuando le mataron en medio de una campaña de las FARC “contra la dirigencia del partido Liberal” en la región, en la que también fueron asesinados concejales y diputados.
El caso de Eduardo Bejarano, de 44 años, es similar. En 1999, la guerrilla mató con un tiro en la frente a su padre, catedrático de izquierda, que fue consejero de paz en el gobierno de César Gaviria (1990-1994).
“Uno no perdona por las FARC, yo no ejerzo el tema del perdón para que ellos se liberen de una culpa, yo perdono porque es necesario para mí, para mi crecimiento espiritual”, dijo Bejarano.
“Ya llegará el momento donde las FARC le digan al país la verdad sobre muchos muertos”, añadió.
Antes del plebiscito, gobierno y guerrilla rubricarán el 26 de septiembre en un gran acto en Cartagena (norte) los acuerdos de paz alcanzados en Cuba, tras casi cuatro años de negociaciones.