La judoca Rafaela Silva, criada en una favela, conquistó el primer oro para Brasil en los Juegos Olímpicos de Rio-2016, al imponerse en la final de la categoría de 57 kg a la mongola Sumiya Dorjsuren.
El oro de Silva es la segunda medalla para el equipo auriverde en “sus” Juegos, después de la plata lograda el sábado por Felipe Almeida Wu, en la prueba de tiro con pistola de aire comprimido a 10 metros.
Silva, originaria de la favela carioca Cidade de Deus, se convirtió en 2013, también en Rio de Janeiro, en la primera mujer brasileña en ganar un título mundial de judo.
De 24 años de edad, Silva marcó un waza-ari tras un minuto de combate, y mantuvo su ventaja hasta el final para imponerse a Dorjsuren, número uno mundial, con el apoyo de un público ruidosamente volcado.
Esta primera medalla de oro brasileña tiene mucho de cuento de hadas. Fue en Rio donde Rafaela Silva creció y ganó los títulos mundial y olímpico.
Tres años después del título mundial, Silva mostró su tenacidad y su mentalidad de acero para lograr el oro olímpico y hacer sonar el himno brasileño por primera vez en estos Juegos.
Silva también había ganado una medalla de plata en el Mundial de 2011 en París.
En los Juegos Olímpicos de Londres, hace cuatro años, había sido eliminada en los octavos de final
Además, fue campeona del mundo junior en 2008.
La favorita japonesa Kaori Matsumoto, campeona olímpica en 2012 y del mundo en 2015, fracasó en la búsqueda de una segunda medalla de oro en los Juegos y tuvo que contentarse con el bronce.
La otra medalla de bronce fue para la portuguesa Telma Monteiro.