Usain Bolt, de leyenda a mito en Río 2016
Publicado el 27/07/16
El rugido del estadio de Londres la tarde del viernes 22 de julio del 2016, justo cuando Usain Bolt cruzó primero la meta de la carrera de 200 metros, fue el suspiro de alivio de millones de aficionados, de los dirigentes de la IAAF y de los Juegos Olímpicos de Río 2016.
La leyenda del atletismo estaba de vuelta. Bolt, de 29 años de edad, acababa de ganar los 200 metros en la London Diamond League con un crono de 19.89 segundos (-0.3 m/s), demostrando estar en plena forma luego de la lesión en el muslo que lo sacó de las eliminatorias preolímpicas de Jamaica.
Todos esperan que el Rayo, uno de los rostros más reconocibles del planeta y quien tendrá los ojos del mundo entero sobre él, arrase con otras tres medallas de oro en los 100, 200 y 4×100 metros, como hizo en los Juegos de Pekín 2008 y Londres 2012.
La presión no parece intimidar a Bolt, que desde los 14 años ha estado en el candelero mundial, convirtiéndose en el campeón más joven de la IAAF al ganar los 200 metros en el Campeonato Mundial Junior de Atletismo del 2002 con un tiempo de 20.61 segundos, que se desarrolló en Kingston, Jamaica.
Hoy, convertido en uno de los mayores íconos en un deporte que clama por modelos positivos y buenas noticias, se prepara para competir en sus cuartos juegos olímpicos.
Muchos lo veían como un especialista de los 200 metros y pensaron que por su estatura y fortaleza haría el tránsito a los 400 metros. Pero su velocidad sostenida, su técnica y espíritu competitivo lo han mantenido en lo más alto de la clasificación mundial de los 100 y 200 metros durante los últimos ocho años, todo un récord de perdurabilidad en una disciplina donde la edad y las lesiones acortan mucho la vida útil de un atleta.
Bolt es, por méritos propios, el mejor velocista de la historia, con los récords mundiales en 100 (9.58) y 200 metros (19.19) conseguidos el 2009; así como en el relevo de 4×100 metros.
También engrosan su leyenda las seis medallas de oro olímpicas, las 11 de oro de los campeonatos mundiales y una larga lista de reconocimientos en todo el mundo.
El peaje que su cuerpo ha tenido que pagar en su tránsito por el carril rápido todos estos años podría obligarlo a abandonar el deporte después del Campeonato Mundial del 2017.
(FIN) AFP/VPG
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