Atlético Nacional consiguió un buen resultado pero no se siente campeón
El Atahualpa de Quito abarrotó sus tribunas para el primer partido de esta final de Libertadores, no solo eran ecuatorianos los asistentes que calentaban el escenario con clima frio que parecía golpear más aún con el mal de la altura de sobrepasan los tres mil metros sobre el nivel del mar, problemas para el rival que son conocidos desde hace mucho tipo y ha contribuido para que los fuertes equipos ecuatorianos logren su objetivo. Una final donde menos presión tiene un equipo pequeño que se está haciendo grande de a pocos, con un plantel de muchos jóvenes, con chicos con hambre de gloria que se toparon con este equipo de primer nivel con una plantilla de jugadores experimentados y con un entrenador que conoce bien el asunto de la pelota, Reynaldo Rueda sabe muy bien que gracias a sus dirigidos y al trabajo de sus antecesores, el cuadro verdolaga se ubica nuevamente en los comentarios principales de los comentaristas de fútbol en el mundo, el equipo colombiano tratará de ganar su segunda Libertadores después de 1989, año en que ganó esta “presea” bajo la capitanía del mítico René Higuita.
Los colombianos tienes al Atanasio Girardot como aliado, que seguro la próxima semana tendrá un marco de público espectacular, sabiendo que Medellín es una ciudad que vibra a mil y más cuando uno de los equipos representativos está a un paso de la gloria. Pero Independiente del Valle tiene también un cuadro que a base de velocidad ha demostrado que está para grandes cosas, sino recordemos como derrotó a Boca Juniors en la misma Bombonera algo que pocos equipos en estas instancias han logrado. La historia en este primer partido una algo peculiar, Nacional siempre esperó al rival en su cancha, invitándolo a salir para aprovechar la presencia de Borja y Moreno, aunque estos no funcionaron en el aspecto individual, el que sí hizo daño arriba en el primer remate al arco (muestra la efectividad de Nacional) fue Orlando Berrío, el volante se disfrazó de delantero, bastó una jugada individual para sacarse la marca del uruguayo Rizotto para rematar fuerte y enmudecer el estadio ecuatoriano, hasta ese momento, pensamos que aniquilaría el cuadro visitante en la segunda parte de la historia pero después del medio tiempo el equipo de Pablo Repetto fue un duro hueso de roer.
El que no apareció del todo en los visitantes fue Macnelly Torres, el cerebro del equipo colombiano regresaba al titularato después de cederle oportunidades a Blanco que no inició las acciones, la transición desde la defensa a los delanteros no fue del todo buena, pero cuando tuvo oportunidad de tocar el balón algunas se las puso a Borja que siempre fue bien marcado por los defensores centrales que tuvieron una actuación aceptable, Sánchez y Henrriquez fueron sólidos desde el inicio del partido. Independiente tenía una carta importante: Julio Angulo, fue dueño por momentos de su banda, supero muchas veces a Farid Diaz, y su velocidad fue responsable de la amarilla a Sebastián Pérez que se perderá la final en Colombia por acumulación de amarillas, aunque Bryan Cabezas no tuvo un rendimiento regular por el otro sector, fue inteligente para tocar con Junior Sornoza y crear algunas jugadas que pusieron en problemas a los visitantes, fue que gracias a un centro frontal al arco y una salida a medias del portero Armani, el defensor Arturo Mina le de vida al equipo ecuatoriano y regale una esperanza a los hinchas locales que no paraban de cantar en el “Atahualpa”.
Estas acciones ofensivas de los últimos veinte minutos, tuvo un responsable, Reynaldo Rueda sacó un hombre de primera línea para poner al venezolano Alejandro Guerra, con esto se perdió mucha marca cuando estaban ganando el partido, esto incidió para dejarle más espacios a los ecuatorianos que aprovecharon su momento. Uchuari, volante extremo que hizo funciones de delantero, mejoró muchas las cosas arriba, tuvieron más presencia en el área. Independiente jugó con el corazón y la fuerza que les daba el aliento de sus hinchas, mientras los colombianos lo sufrían y esperaban una oportunidad de Marlos Moreno que en este partido no apareció. Orlando Berrió fue el hombre del partido y no solo por su gol, sino también, por su excelente juego en el área rival, en el primer tiempo había tenido una oportunidad que se la encuentra con el cuello que al final pudo haber confundido al arquero Armani, la próxima semana nos espera un partido no apto para cardiacos.
Esta primera final de Libertadores entre un equipo ecuatoriano y otro colombiano fue un espectáculo, no es seguro para nadie en el próximo partido, los ecuatorianos tienen una ventaja, el presupuesto alto y las ganas de querer campeonar este torneo con grandes jugadores y ser denominado el mejor equipo sudamericano por el alto nivel le hace difíciles las cosas a un Nacional que jugará ante sus hinchas el próximo miércoles desde las 19:00 horas en el siempre imponente Atanasio Girardot.