La Municipalidad Provincial del Callao realiza una campaña de sensibilización en los asentamientos humanos 25 de febrero, 200 millas, Nueva Esperanza y El Progreso, ubicadas al margen derecha del río Rímac, en la intersección de las avenidas Faucett y Morales Duárez, cuyos pobladores se dedican mayormente al reciclaje.
El gerente general de Protección del Medio Ambiente, Doyle Acosta Baca, habló con los dirigentes de los asentamientos, los exhortó a dejar libre la calle de ingreso a las poblaciones llenas de productos reciclados y hasta de endebles casas, para evitar una tragedia similar a la ocurrida el 3 de noviembre del 2013 cuando un incendio arrasó con 181 viviendas y dejó 700 damnificados. A todos se les dio un plazo determinado.
¿Por qué lugar van a ingresar los bomberos en caso de un siniestro?, preguntó el funcionario que logró el compromiso de la mayoría de dirigentes de dejar libre la pista de ingreso.
Tras subrayar que la política del alcalde Juan Sotomayor es el diálogo, Doyle les explicó a los pobladores que es imposible formalizar la actividad de reciclaje, porque se trata de una zona de alto riesgo. “Estamos al lado del aeropuerto y la basura acumulada sirve de alimento a las aves que pueden terminar en la turbina de un avión y provocar un terrible accidente”, afirmó.
Todos los que se dedican a la actividad del reciclaje fueron notificados, al igual de los que han instalado viviendas en la calle de acceso. También fue intervenido un camión que llevaba material reciclado sin las medidas de seguridad pertinentes.
Acosta Baca llegó acompañado de funcionarios de la Gerencia General de Salud quienes evaluaron a los pobladores, especialmente niños, que pueden tener problemas por el trabajo que desarrollan sus padres con material reciclado.
Se comprometieron a llevar en las próximas semanas una gran campaña de salud. También visitaron el lugar funcionarios y fiscalizadores de la Gerencia General de Desarrollo Económico, Local y Comercialización.