Este registro constituye la máxima altitud en la que ha sido reportada la especie (2300 msnm).
Tayassu pecari o huangana es uno de los dos cerdos salvajes, presentes a lo largo de la región Neotropical, desde el sur de México hasta el norte de Argentina. El otro es el sajino (Tayassu tajacu). En el Perú, la huangana se ha reportado en la Selva Baja, en Loreto, Amazonas, Ucayali, San Martín, Huánuco, Pasco, Junín, Madre de Dios, Cusco y Puno; la altura máxima en la que se le había encontrado hasta ahora era de 1800 msnm, en un registro de 1914. Sin embargo, a finales del año pasado se han tomado fotografías con cámaras trampa a un grupo de huanganas en el Santuario Nacional de Tabaconas Namballe en Cajamarca, y posteriormente se ha confirmado el hallazgo con un segundo avistamiento de la misma manada por los guardaparques. Este registro constituye, entonces, la máxima altitud en la que ha sido reportada la especie, a 2300 msnm.
La huangana forma manadas grandes de entre 50 y 300 individuos, y el peso de cada uno oscila entre los 25 y los 45 kg. Es decir, es un animal cuya presencia no pasa inadvertida y, sin embargo, no había sido descubierto antes en el santuario. Surgen las primeras interrogantes: ¿estuvieron siempre ahí o son una población migrante? Si fuera lo último, ¿cómo viajaron a través de carreteras y centros poblados hasta subir a Tabaconas Namballe? Su aparición ya ha motivado un artículo científico publicado en la revista Suiform Soundings, el newsletter de IUCN/SSC Specialist Groups for Wild Pigs (WPSG), Peccaries (PSG), and Hippos (HSG), en febrero pasado.
En el Perú, esta especie está considerada como Casi Amenazada: su caza por subsistencia está permitida y sus pieles son comercializadas. Dentro del Santuario Nacional Tabaconas Namballe esto sería imposible, puesto que ninguna especie que lo habite puede ser extraída de sus bosques. Sin embargo, está expuesta a otros riesgos. Cada manada requiere moverse entre 60 y 200 km2; dentro del santuario, la huangana está protegida, pero en los bosques exteriores hay mucha intervención del ser humano. En consecuencia, esta población requiere que se tomen medidas para su conservación. Mantener la conectividad de los bosques del santuario con los de la zona de amortiguamiento es la única forma de garantizar refugio y alimento. De ahí la necesidad, para esta y otras especies, de poner énfasis en los programas de reforestación y conservación.
El descubrimiento de la huangana es el primer resultado del estudio con cámaras trampa que se realiza en este espacio administrado por el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (SERNANP),y cuya investigación fue liderada por WWF Perú en conjunto con la Jefatura del Santuario Nacional Tabaconas Namballe. Este estudio se inició en el 2014 y continúa hasta la actualidad, generando, a través de unas 70 cámaras, un registro invaluable de la fauna del santuario.