El reconocido oftalmólogo norteamericano Frank Anthony Bucci consiguió el apoyo de la Fundación Clinton para su proyecto de ayuda social contra la lucha de las cataratas
En junio del 2010, en una de sus visitas al Perú, el ex presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, visitó las instalaciones de la clínica Sacro Cuore, ubicada en el distrito de Miraflores mientras médicos particulares ponían en práctica sus conocimientos para que la catarata, la primera causa de ceguera en el mundo, dejara de borrar la visión de las personas más necesitadas en nuestro país.
Quien llevaba la batuta de esa ayuda social era su compatriota, el reconocido oftalmólogo norteamericano Frank Anthony Bucci, encargado de mover cielo y tierra en Estados Unidos para que Clinton escuchara, en persona, a aquellos peruanos que al margen de la asistencia del Estado, recuperan la vista sin invertir un sol.
La epidemiología muestra que las personas de 60 años a más son las personas más expuestas a sufrir cataratas. En el mundo hay 50 millones de personas que están ciegas por las cataratas. En Lima, hay 300 mil.
Así, en respuesta al trabajo desinteresado con los más pobres, la Fundación Clinton, la fundación humanitaria del ex presidente de Estados Unidos, reconoció a la clínica Sacro Cuore de Miraflores como el socio que lo ayudaría con una de sus metas: lograr operaciones gratuitas en la lucha contra la catara.
Sin embargo; a estas alturas, después de casi seis años de aquella trascendental visita, lo más probable es que Bill Clinton no tenga la menor idea de la pesadilla legal que hoy vive en el Perú, su conciudadano, el oftalmólogo Frank Anthony Bucci.
El médico norteamericano ha denunciado ante la Fiscalía a su ex socio peruano, el también oftalmólogo, Manuel Pérez Martinot, de haberle arrebatado, a sus espaldas, la clínica miraflorina Sacro Cuore, en la cual invirtió, solo en la compra de terreno y en la construcción, casi dos millones de dólares de su patrimonio.
El médico estadounidense le dio a su exsocio peruano un poder para que lo representara en nuestro país dado que él ejerce su profesión en Estados Unidos y para optimizar los servicios de ayuda médica, le otorgó toda la responsabilidad legal y administrativa a Pérez Martinot, quien convocó a una junta de acreedores, no se lo informó directamente a su socio, y, en un abrir y cerrar de ojos, pasó a ser el accionista mayoritario de la empresa a donde fueron a parar varios millones de dólares en donaciones que venían del extranjero incluyendo la ayuda de la Fundación Clinton.
¿Cómo es que el doctor Manuel Pérez Martinot consiguió ser dueño de la clínica que el ex presidente de Estados Unidos visitó con entusiasmo en el 2010?
De acuerdo a las investigaciones de la Fiscalía, Oftalmología Integral SAC, dueña de la clínica Sacro Cuore, se formó con 1,000 soles. Lo único que hizo el oftalmólogo peruano fue inyectar 1,600 soles adicionales al capital existente y con esa inversión se convirtió en socio mayoritario.
FUENTE: CUARTO PODER