Doce países de la Cuenca del Pacífico, entre ellos Perú, alcanzaron el acuerdo más amplio de liberalización del comercio en una generación, pero el pacto del lunes enfrenta un escepticismo inicial en el Congreso estadounidense. En un acuerdo que podría remodelar industrias e influenciar desde los precios del queso hasta el costo del tratamiento para el cáncer, los 12 países reducirán las barreras arancelarias y establecerán estándares comunes. Los detalles aparecieron en comunicados de funcionarios después de días de maratónicas negociaciones en Atlanta, Estados Unidos.
El Acuerdo Estratégico Trans-Pacífico de Asociación Económica (TPP, por su sigla en inglés) afectará el 40 por ciento de la economía mundial y se presenta como un legado del presidente Barack Obama, si es ratificado por el Congreso estadounidense. Legisladores de otros países también deben aprobar el acuerdo. Pero legisladores clave en Estados Unidos se mostraron escépticos en un inicio del pacto que incluye también a Chile, México y Perú.
El senador Bernie Sanders, precandidato demócrata a la presidencia, dijo que estaba decepcionado y advirtió que el TPP tendría un costo en los empleos de su país y dañaría a los consumidores. “Wall Street y otras grandes corporaciones han ganado de nuevo”, aseguró Sanders en un comunicado, prometiendo “hacer todo lo que pueda para derrotar este acuerdo” en el Congreso. El TPP ha sido motivo de controversia debido a lo secreto de las negociaciones que se han realizado en los últimos cinco años y la amenaza percibida de una serie de grupos de interés, desde los trabajadores de la industria automotriz en México a las granjas productoras de leche en Canadá.
Barack Obama, en tanto, aseguró que el pacto “nivelará el campo de juego” para los trabajadores y las empresas estadounidenses y agregó que sus compatriotas tendrían meses para leer el acuerdo antes de que lo promulgue. Las negociaciones se habían estancado por el interrogante sobre cuánto tiempo debería permitirse un monopolio de medicamentos biotecnológicos de última generación, hasta que Estados Unidos y Australia alcanzaron un compromiso.
Aunque el complejo acuerdo establece reducciones de tarifas programadas en cientos de ítems importados, desde cerdo y carne en Japón hasta camionetas en Estados Unidos, el tema de la duración de los monopolios otorgados a los que desarrollan nuevos medicamentos biológicos había amenazado con desbaratar las conversaciones hasta el final. Los equipos negociadores habían estado enfrentados sobre el período mínimo de protección para los derechos de datos utilizados para producir medicamentos biológicos.