El BBVA Research revisó sus proyecciones macroeconómicas sobre Perú, en particular las de 2016, pues estas incorporaban un fenómeno climatológico de El Niño más benigno, de magnitud algo más que moderada. «Estimamos que la incidencia a la baja sobre el PIB será de alrededor de un punto porcentual, con lo que nuestra previsión de crecimiento del PIB para 2016 se recorta a 2.8%», dijo la institución a través del Observatorio Económico Perú, análisis macroeconómico firmado por el especialista Francisco Grippa Zárate.
Por el lado de la demanda, las exportaciones se verán afectadas debido a los menores envíos al exterior de harina y aceite de pescado, productos agropecuarios, y eventualmente de petróleo, indicó el BBVA Research. También habrá una incidencia negativa sobre la inversión tanto privada como pública. Esa incidencia a la baja estará vinculada con la debilidad del sector construcción y del gasto de capital de los gobiernos subnacionales durante los primeros meses del año, que probablemente no alcance a ser compensada por la reversión (con labores de rehabilitación y reconstrucción) luego de disipado el fenómeno de El Niño.
Además, el gasto de consumo de las familias también se resentirá, no solo por el contexto de menor avance de la actividad y con ello del empleo, sino también porque la inflación (alimentos y transporte, sobre todo) será mayor, lo que recortará el poder adquisitivo. «En ese sentido, estimamos que el ritmo de incremento de los precios, actualmente alrededor de 4% interanual, se acelerará hasta 5.5% en el verano de 2016, para luego ceder en la segunda mitad del año conforme las anomalías climatológicas también lo hacen. Será así una aceleración transitoria de la inflación», dice el informe.
Quizás el único componente de la demanda que muestre un mayor dinamismo en 2016 en este escenario con un fenómeno de El Niño fuerte (en comparación con el escenario previo de un Niño de intensidad entre moderada y fuerte) sea el consumo público, pues la atención en las zonas afectadas del país, tanto durante como luego de que El Niño se disipe, demandará un mayor gasto en bienes y servicios. Cuantificar los impactos sectoriales de una intensificación de El Niño desde moderado/fuerte a fuerte «no es una tarea sencilla», indicó BBVA Research.
Estos impactos son heterogéneos por eventos, de manera que lo que haya sucedido en el pasado en un evento de intensidad comparable es solo referencial, aclaró la entidad. También dependerán del número de meses durante los cuales persista la anomalía climatológica, de la coincidencia o no de la parte más crítica de El Niño con los períodos de siembra y cosecha, de las labores de prevención que se hayan realizado, y de la rapidez de las labores de rehabilitación y reconstrucción.
«Tomando esto en cuenta, estimamos que la intensificación de El Niño desde moderado/fuerte a fuerte tendrá un impacto sobre la actividad económica que equivale a un punto porcentual del PIB en 2016. De este, alrededor de 60% se concentrará en los sectores primarios Pesca y Agropecuario (y en la industria directamente vinculada con estos)», precisa el informe macroeconómico.
«Como resultado, recortamos nuestra proyección de crecimiento del PIB para 2016 (en Perú) a 2.8%, desde el 3.8% que previmos en julio», indicó el análisis del BBVA Research. «Los principales soportes de esta previsión se mantienen: (1) la mayor producción de cobre, que estimamos se incrementará en 22% porque Toromocho y Constancia producirán a plena capacidad durante todo el año y porque entrarán en fase productiva los proyectos Las Bambas y la ampliación de Cerro Verde; y (2) el mayor avance en la construcción de grandes proyectos de infraestructura, que no tendrán mayores contratiempos por las anomalías climatológicas debido a que se encuentran en zonas del país que no serán afectadas por la mayor intensidad de las lluvias».
«A ello se sumará cierta mejora en la economía global. La proyección de crecimiento de 2.8% para 2016 se encuentra condicionada a estos elementos, los que compensarán los impactos negativos del fenómeno de El Niño y el incremento usual en la incertidumbre durante los procesos electorales (que afecta las decisiones de gasto). Más adelante, en 2017, con la recuperación de las actividades primarias (Pesca y Agropecuario), los dos elementos antes mencionados (mayor producción cuprífera y construcción de grandes proyectos de infraestructura) aún empujando la actividad, y cierta distensión del ruido político, prevemos que el crecimiento se ubicará algo por encima del 4.5%», apuntó el informe.
El clima más cálido y las mayores lluvias tendrán un efecto negativo sobre algunos cultivos en la costa peruana —por ejemplo, palta, mango, mandarina, limón, plátano, espárrago, quinua, uva, caña de azúcar y algodón—, en particular si el período de siembra coincide con la parte más crítica del fenómeno climático. Potenciales deslizamientos de tierras y daños en la infraestructura de riesgo, inducidos por la intensidad de las lluvias, podrían tener algún impacto negativo adicional sobre el sector, indicó el informe.