Al menos once muertos y nueve heridos dejaba como saldo el potente terremoto, cuando los chilenos vivieron “una noche de pesadilla”, con decenas de réplicas y un posterior tsunami.
La presidenta chilena Michelle Bachelet recorrió este jueves el borde costero de Coquimbo afectado por el tsunami que provocó el terremoto de 8,3 Richter.
“Es el terremoto más grave de este año en el mundo, mucho más grande que otros que vimos en Nepal y en otros lados, donde observamos que era una destrucción masiva y con una enorme cantidad de fallecidos”, expresó.
Cinco años después de que las costas del sur de Chile fueran asoladas por un fuerte sismo y un posterior maremoto, con un saldo de más de 500 muertos, ahora es el norte el que se remeció y enfrentó la furia del mar.
Olas de casi 4,5 metros azotaron a varias comunas de la región de Coquimbo.
Otras de las localidades fuertemente afectadas fue el pueblo pesquero de Tongoy, de casi 4.400 habitantes, donde imágenes de la televisión local mostraban la devastación de todo su borde costero.
Muchos locales comerciales que se aprestaban a recibir a un gran número de turistas producto del esperado feriado de fiestas patrias fueron arrasados por el avance de las olas.
En el puerto de Valparaíso, a unos 120 km al oeste de Santiago, las olas alcanzaron casi los dos metros, de acuerdo a un reporte de la Marina chilena. En la vecina localidad de Concón, el agua arrasó con varios restaurantes cercanos a la playa.
“Se trata de un terremoto de gran magnitud, que lo ubica como el terremoto más potente que ha tenido el mundo este 2015, pero los chilenos estamos acostumbrados”, dijo el ministro del Interior y Seguridad, Jorge Burgos.
El movimiento telúrico ocurrió a las 19H54 locales del miércoles y tuvo su epicentro 42 km al oeste de la pequeña localidad de Canela Baja, unos 230 km al norte de Santiago. Además, activó de inmediato una alerta de tsunami en todo el borde costero chileno y varios países con costas sobre el Pacífico, que fue cancelada horas después.