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Nueva escalada de tensión entre las dos Coreas

Publicado el 10/08/15

Seúl, ago. 10. Corea del Sur anunció hoy la reanudación de sus operaciones de propaganda en la frontera con Corea del Norte, por primera vez en once años, en represalia a un incidente en la frontera atribuido a Pyongyang, hecho que aumenta la tensión entre los dos países.

El ministerio de Defensa surcoreano indicó que se reanudarán las acciones de propaganda a través de los altavoces posicionados a lo largo de la frontera con el Norte.
Este anuncio fue hecho apenas unas horas después de que Seúl acusara a Pyongyang de haber colocado minas antipersona que mutilaron a dos de sus soldados la semana pasada en la frontera. Corea del Sur había prometido a Pyongyang que le haría pagar un alto precio.
Un funcionario del ministerio de Defensa describió la reanudación de las operaciones fronterizas de propaganda como sólo un “primer paso”.
Durante varios años, filas de altavoces colocados a lo largo de la frontera con Corea del Norte difundieron a todo volumen mensajes de propaganda sobre las virtudes de vivir en el Sur.
Acción que fue suspendida en 2004 durante un periodo de acercamiento entre ambos Estados rivales, iniciado por el expresidente surcoreano Kim Dae-Jung.
Según el Ministerio de Defensa surcoreano, tres minas antipersona estallaron en el incidente ocurrido el martes al paso de una patrulla surcoreana en la zona desmilitarizada (DMZ) que se extiende dos kilómetros a un lado y otro de la frontera entre ambas Coreas.
“Estamos seguros de que se trataba de minas antipersona norcoreanas colocadas con intención de matar por nuestros enemigos, que cruzaron la frontera militar a escondidas”, declaró a la prensa Kim Min-seok, un portavoz del ministerio.
Un soldado perdió las dos piernas. El otro fue amputado de una.
Se trata de un “acto sin fundamento” y de una “violación injustificada” de los acuerdos de no agresión vigentes, añadieron, antes de instar a Corea del Norte a pedir disculpas por este incidente y castigar a los responsables.
Minas recientes
El alto mando de la ONU encargado de supervisar la aplicación del alto el fuego indicó el lunes que llevó a cabo una investigación y concluyó que se trataba de minas norcoreanas colocadas en un camino conocido por ser recorrido por las patrullas surcoreanas.
“Las investigaciones determinaron que los artefactos fueron colocados recientemente y excluyeron la posibilidad de que se tratara de minas antipersona heredadas (de una época anterior) que se hubieran desplazado”, dijo la ONU en un comunicado.
Para Dan Pinkston, especialista de Corea del Norte del International Crisis Group de Seúl, se trata de una “violación inaceptable de las condiciones del alto el fuego pero la situación no debe provocar una escalada que escape a todo control”.
Los dos países siguen técnicamente en guerra puesto que la guerra de Corea (1950-53) concluyó con un armisticio, pero nunca se firmó un acuerdo de paz. El último ataque directo cometido contra el Sur remonta a diciembre de 2010, cuando Corea del Norte bombardeó la isla surcoreana de Yeonpyeong como respuesta a un ejercicio militar de Seúl cerca de la frontera marítima disputada entre ambos países. El bombardeo causó la muerte de dos soldados y dos civiles surcoreanos, lo que hizo temer un conflicto de grandes proporciones.
Momento delicado
Según las estimaciones, más de un millón de minas fueron diseminadas por la zona fronteriza entre ambas Coreas, en gran parte arrojadas por la aviación en los años sesenta, en el momento culminante de la Guerra Fría y de la confrontación con el Norte.
Esta nueva escalada de tensión se produce en un momento delicado: las dos Coreas se preparan para celebrar el próximo sábado el 70º aniversario de la liberación, en 1945, de la península coreana del yugo japonés.
Algunos analistas expresaron la esperanza de que este aniversario diera pie a un acercamiento pero los esfuerzos para organizar unas ceremonias conjuntas no cuajaron. Corea del Norte se niega a hablar de negociaciones mientras Seúl no anule sus ejercicios militares anuales con Estados Unidos.
A pesar de su nombre, la DMZ está altamente militarizada. Se trata de una franja de 4 km de ancho por 248 km de longitud, sembrada de barreras eléctricas, campos minados y muros antiblindados. La línea de demarcación militar que marca la frontera entre los dos Estados rivales la atraviesa en el centro.


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