Pamplona empieza su tradicional festejo de San Fermín
Publicado el 06/07/15
Pamplona, jul. 06. Una marea de juerguistas vestidos de rojo y blanco se rociaron hoy unos a otros con vino en una abarrotada plaza de Pamplona (España) durante el pistoletazo de salida de los famosos encierros de toros de San Fermín.
Desde el balcón de la ayuntamiento, donde por primera vez en la historia ondeó la Ikurriña, la bandera vasca, se dio comienzo a nueve días de fiesta con el grito de “¡Viva San Fermín!” seguido pocos segundos después del estallido de un cohete, el conocido “chupinazo”.
Para el alcalde de Pamplona, Joseba Asirón, de EH Bildu (izquierda independentista vasca), “tener las cinco banderas (de Pamplona, Navarra, España, Unión Europea y Vasca) representa a un sector mucho más amplio de la sociedad” y es “un símbolo de cambio”.
Los independentistas vascos reivindican la autodeterminación de Euskal Herria (País Vasco, Navarra y País Vasco francés).
Más allá de la polémica suscitada por la exhibición de esta bandera, multitud de participantes con la típica vestimenta blanca combinada con pañuelos y fajas rojas bebían vino de sus botas de cuero o disfrutaban rociándose unos a otros con la bebida, tiñendo de rosa sus camisetas blancas.
Cinco pantallas gigantes se instalaron en otros puntos del centro de esta norteña ciudad para permitir al resto de juerguistas seguir el chupinazo.
Pamplona se encuentra justo al norte de la vinícola región de La Rioja por lo que el vino siempre jugó un rol importante en estas celebraciones dedicadas a San Fermín, el primer obispo de la ciudad y su santo patrón.
Esta fiesta, inmortalizada en la novela “Fiesta” (1926) del estadounidense Ernest Hemingway, se remonta a tiempos medievales y combina procesiones religiosas, danzas tradicionales, conciertos y mucho alcohol.
Hasta seis toneladas de fuegos artificiales estallarán durante un espectáculo de luz y sonido en la clausura de las fiestas el 14 de julio, según el ayuntamiento de Pamplona.
Pero el apogeo de esta fiesta son los encierros en los que cada mañana centenares de personas mostrarán su coraje corriendo por delante de toros de lidia de media tonelada entre las estrechas y resbaladizas calles del centro de la ciudad.