Ter Stegen salvó sobre la misma línea de meta un tanto del Bayern de Múnich con 1-2 en el marcador. En el minuto 40, el portero alemán del Barcelona sacó una mano salvadora a un remate casi a bocajarro con la pierna derecha de Lewandowski, pero el balón se envenenó, cogió un efecto extraño y cuando parecía que iba a entrar en la portería, el propio cancerbero blaugrana volvió a estirarse para evitar el tanto del delantero polaco.
La primera impresión parece que el balón llega a entrar, pero la repetición de televisión reafirma la idea de que el esférico no entra completamente, con lo que el colegiado inglés Mark Clattenburg y su asistente acertaron.