Domingo, 22 de Diciembre del 2024
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Lucho Quequezana llenó la noche limeña de Sonidos Vivos

Publicado el 28/05/15

Lima, may. 28. Alrededor de 9,000 personas disfrutaron en el Estadio Nacional de Lima del espectáculo de la banda Sonidos Vivos, integrada por músicos de siete nacionalidades y dirigida por el peruano Lucho Quequezana.

El concierto, realizado anoche, fue dedicado a los alumnos del Colegio de Alto Rendimiento de Lima.
Como el capitán de un equipo de fútbol, Lucho Quequezana tuvo a su cargo a 10 músicos de siete nacionalidades, la banda Sonidos Vivos, con quienes tocó un repertorio inspirado en los ritmos y sonidos de la música peruana.
Las casi nueve mil personas que llegaron hasta la tribuna Norte del estadio Nacional de Lima para disfrutar del espectáculo, fueron testigos de la magia que hay entre los músicos, quienes vuelven a juntarse en Lima luego de seis años para tocar huainos, carnavales, trotes, caporales, landó y festejo.
Lucho era el capitán, el director técnico, pero tocaba la quena, el quenacho, el charango, y se movía en el escenario contagiando al público con el concepto del recital y de Sonidos Vivos: que la música es el vehículo integrador  donde se borran las nacionalidades.
“No hay fronteras, razas, religiones, cuando la música nos une como seres humanos”, repitió Lucho.
Repertorio 
Uno de los momentos estelares de las más de dos horas del recital de esta noche, fue cuando Lucho y el zampoñista Guillermo Vásquez “trenzaron” los toyos (zampoñas gigantes) para tocar “Toyada” y el vietnamita Huu Bac Quach los acompañó con el dau bau, dándolo una sonoridad telúrica.
El cantante y  músico turco Ismail Hakki, ejecutante del oud, y sobresalió en “Landó”, uniendo su canto e instrumento con la cadencia del ritmo peruano, que los canadienses Francois Taillefer y Eric Breton llevaban a plenitud desde la percusión.
En “Manu” (“río”, en voz quechua), el camino fue inverso, Quequezana llevó la sonoridad peruana a un ritmo turco, con excelentes resultados.
Akihito Obama se ha sumado desde el Japón al proyecto y debutó con el pie derecho. El shakuhachi tiene una sonoridad profunda similar a la familia andina de las quenas, y hermanó con su sonido las melodías de Quequezana, como “Distancias”, por ejemplo.
Justamente, Akihito y Huu Bac Quach, se apropiaron con el shakuhachi y el quenacho, respectivamente, en la canción “Caminos de nieve”, siendo ovacionados por la multitud.
“¡Es alucinante cómo puede la música reunir todo este bagaje y hacernos olvidar de las razas!”, dijo Quequezana, quien dedicó el concierto a sus invitados de honor: los alumnos del Colegio de Alto Rendimiento de Lima, Presidente de la República. “El Perú confía en ustedes, ustedes son el futuro del país y muchas gracias por tener tan presente nuestras raíces”, agregó.
Quequezana invitó al escenario a Francisco, un joven músico que ganó la convocatoria que hizo el artista para que se sume un músico y toque con ellos en el recital una canción.
El bajista colombiano Jairo Gómez y el multiinstrumentista venezolano René Orea, junto a los peruanos Ernesto Hermoza (guitarra), Pedro Pablo Pacora (vientos), completan el concepto de Sonidos Vivos, que nació hace nueve años en Montreal, Canadá, gracias a una beca de Unesco que ganó Lucho.
Los siete músicos extranjeros demostraron conocimiento de la música peruana, que estos nueve años del proyecto Sonidos Vivos, aunque no siempre toquen juntos, ha creado un lazo musical fuerte y hay géneros como el festejo, el landó y el huaino son ya de su dominio.
El concierto terminó a las 10:30 horas del miércoles, luego que los músicos bailaran caporal (Quequesaya”) y también el carnaval. Quequezana hizo los votos para que no pasen seis años sino que por lo menos una vez al año puede tener a sus compañeros de Sonidos Vivos en Lima.


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