Jueves, 28 de Marzo del 2024
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VENANCIO SHINKI

Publicado el 01/04/15

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Hijo de padre japonés y madre peruana, el pintor Venancio Shinki nació en  la hacienda San Nicolás, Supe, Barranca, Lima el1 de abril de 1932. Su padre, don Kitsuke Shinki, había llegado de Japón en 1915, trabajó un tiempo corto en San Nicolás y luego estableció sus propios negocios, un tambo y un restaurante en Llamachupán, en el valle de Pativilca. “Yo era un niño muy pegado a mi padre, quien decidió que tenía que estudiar en el colegio japonés de la hacienda San Nicolás que dirigía el Sr. Tsukeo Isayama, un señor servicial e inteligente… Le debo mucho a él, ha intervenido en muchas etapas de mi vida… yo compartía carpeta con su hijo, con quien nos queríamos como hermanos”. La soledad le permitió desarrollar su imaginación, lo que se percibe en algunas de sus obras que contienen elementos de su infancia.

Estudió en la Escuela Nacional de Bellas Artes, distinguiéndose como pintor abstracto. Sus cuadros recogen las tradiciones culturales del oriente, occidente y los andes, con un surrealismo distintivo que muestra un universo desconocido e intrigante, partiendo de una técnica depurada y una renovada figuración, que lo han emparentado con otros grandes artistas plásticos latinoamericanos.

Gracias a las gestiones del arqueólogo japonés Yoshio Onuki, y en el marco del centenario de la inmigración japonesa al Perú, en 1999 Venancio Shinki viajó por primera vez a Japón para asistir a una muestra de artistas nikkei en Hiroshima y en el Museo del Hombre de Inuyama, donde también participaron el pintor Eduardo Tokeshi y el escultor Carlos Runcie Tanaka.

Ese viaje le permitió además conocer a familiares en Hiroshima, una sorpresa que le prepararon, y de la que sus gestos y palabras hablan de su profunda emoción. Como la que sintió al tocar la campana al final del Paseo del Holocausto, rememorando a su padre y sintiendo que era una manera de desear paz y concordia.

Una experiencia que se suma a las tantas de su larga carrera que continúa con el mismo afán de búsqueda. “Ser pintor es ser terco, un poco loco, un poco irresponsable, pero vale la pena. Es una pasión, sin duda alguna”, sentencia Shinki.

Ha estado en la VII y XXII Bienal de Sao Paulo, Brasil; la II Bienal de Arte Americano, Argentina; la I y II Bienal de La Habana, Cuba; la Bienal en Quito, Ecuador; entre otras. Desde 1963 participa en exposiciones colectivas en el Perú y el extranjero, las mismas en las que se aprecia las transformaciones que han atravesado sus pinturas. El libro “Venancio Shinki: retrospectiva 1960-2000″, editado por el Instituto Cultural Peruano Norteamericano (ICPNA) reúne parte importante de su obra pictórica y su evolución. Sus trabajos más recientes se apreciaron en la XXXIV Semana Cultural del Japón, en noviembre del 2006.

(Fuente: tomado del Boletín Kaikan Nº 1 y Nº2, julio – agosto 2005, Asociación Peruano Japonesa. Entrevista de Harumi Nako)



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