La Inversión en Exploración Minera se desplomó por 2do. año consecutivo en el 2014. Tras movilizar un pico de US$1.035 millones en el 2012, esta imprescindible actividad solo pudo atraer US$558 millones al Perú en el 2014, según reporte de SNL Metals & Mining, divulgado por Cooperacción.
No obstante este traspié, nuestro país sigue ocupando el séptimo lugar como país más atractivo para la exploración minera. Ello debido a que nuestros competidores mineros más cercanos –Canadá, Chile y México, entre otros– también vienen sufriendo el impacto de la crisis que aqueja a la minería desde el 2012.
“La inversión en exploración minera ha caído 50% en promedio en el ámbito mundial y se espera que disminuya 10% más en el 2015 (respecto al 2014). No caerá más porque no hay dónde más caer. Ya tocamos fondo”, advierte Miguel Cardozo, presidente de la minera junior Alturas Minerals.
Las mineras junior son responsables de más de la mitad de los descubrimientos mineros efectuados en el Perú y el mundo. Toromocho, Constancia y Galeno –por citar unos ejemplos– fueron descubiertos y puestos en valor por compañías exploradoras.
En los últimos dos años y medio, sin embargo, la actividad de estas compañías se ha desplomado debido al desinterés de los inversionistas bursátiles (su principal fuente de recaudación).
Esto ha originado que la exploración a cargo de las mineras junior se paralice, al extremo de que más del 50% de las que operan en el país están en trance de desaparecer, explica Cardozo.
En este contexto, proyectos promisorios como Cañariaco (Lambayeque), Corani (Puno), Cotabambas (Apurímac) y otros desarrollados por junior duermen el sueño de los justos.
Inversión en exploración minera se desplomó en últimos dos años.
CONFLICTOS SOCIALES
El dilema que enfrentan las mineras junior ha dejado a los productores mineros como únicos responsables de la actividad exploratoria (imprescindible para asegurar el flujo futuro de la producción minera).
Sin embargo, también las compañías productoras han retraído sus inversiones por causa de factores exógenos, como la conflictividad social.
“Definitivamente, no es un problema de [menores] precios de los metales, pues estos son un riesgo propio de nuestro negocio. Nuestros proyectos son de largo plazo, así que los factores que demoran los proyectos son otros.
El fundamental es la conflictividad social, como el que impide el desarrollo de Tía María”, refiere Carlos Gálvez, presidente de la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE).
Según Gálvez, la inversión en construcción de nuevas minas caerá progresivamente en los próximos años hasta llegar a cero en el 2018. “Abrigo la esperanza de que salga Quellaveco, pues de lo contrario no habrá más proyectos mineros en el horizonte”, manifestó.