El cine británico siempre ha tenido una vertiente de denuncia social muy marcada, que en la mayoría de las ocasiones ha dado como resultado películas intensas y dramáticas, pero también ha sabido lanzar críticas a través de la comedia y “Pride” es el último ejemplo de cómo sacar punta al humor.
Siguiendo la estela de “Full Monty” (1997), “Oriente es oriente” (1999) o “Happy, un cuento sobre la felicidad” (2008), en “Pride” el humor es el vehículo para contar una historia real que el realizadorMatthew Warchus narra con pulso pese a adolecer de falta de originalidad o de renovación del género.
Warchus aprovecha el fantástico elenco de actores con que cuenta para atraer al espectador a una aventura que ocurrió hace ya 30 años pero que sigue manteniendo, desgraciadamente, gran parte de su vigencia.
En 1984, los mineros británicos mantenían una dura huelga para evitar el cierre de las minas decretado por el Gobierno de Margareth Thatcher y un grupo de gays y lesbianas deciden unirse a su lucha y recaudar fondos para ayudarles.
Una ayuda que no es vista con buenos ojos por los mineros del pueblo de Gales que eligen para enviar el dinero recaudado y que generará encontronazos y actitudes homófobas por parte de los miembros de esa pequeña comunidad.
Los veteranos Imelda Staunton, Bill Nighy o Dominic West son los rostros más conocidos de un amplio reparto en el que sobresalen los jóvenes George Mackay, Faye Marsay o Jessica Gunning en una historia real que marcó un punto de inflexión en la lucha por los derechos de la comunidad homosexual en el Reino Unido.
Problemas sociales con tono de comedia, un subgénero habitual del cine británico, que cuenta con directores especializados en lo social pero que también han hecho incursiones en historias contadas de forma más ligera.
CRITICAR Y REÍR
Es el caso de Ken Loach, que a títulos tan duros como “Agenda oculta” (“Hidden Agenda”, 1990), “Lloviendo piedras” (“Raining stones”, 1993) o “Pan y rosas” (“Bread and Roses”, 2000), se han unido comedias tan notables como “Buscando a Eric” (“Looking for Eric”, 2009), o “La parte de los ángeles” (“The Angel’s share”, 2012).
Esta última recibió el Premio del Jurado de Cannes por una historia que contenía la misma crítica de las desigualdades sociales que caracteriza el cine de Loach, pero revestida de una ironía y comicidad poco habituales en el maestro británico.
Una mezcla en el cine británico, la de crítica y comedia, que tiene su exponente más conocido “Full Monty” (1997), de Peter Cattaneo, película que fue un taquillazo mundial con un presupuesto ridículo. Recaudó 257 millones de dólares en el año de su estreno para un presupuesto de 3,5. Protagonizada por Robert Carlyle y Tom Wilkinson contaba la historia de seis parados británicos que deciden convertirse en “strippers” para conseguir dinero.
Nota: Elcomercio.pe