Ante la serie de asaltos que se ha registrado en contra taxistas durante las últimas semanas, algunos de los cuales han terminado de manera trágica, el gerente de Operaciones de Taxibeat, Pablo Soriano, recomendó a los choferes incrementar su grado de desconfianza hacia los posibles pasajeros, pues no hay excepciones, ya que hoy los delincuentes pueden ser hombres, mujeres –incluso llevando niños-, ancianos, jóvenes y hasta adolescentes.
“Los delincuentes están al acecho en cualquier lugar. Tampoco hay una forma de vestir que caracterice a los asaltantes. Pueden vestir muy elegantes, incluso luciendo joyas, o de manera modesta. Están en todas partes listos para asaltar a los taxistas para arrebatarles no solo las ganancias obtenidas tras largas horas de trabajo, sino también el propio vehículo”, manifestó el especialista.
Lo primero –anotó- es no aceptar llevar pasajeros a zonas consideradas peligrosas y evitar los viajes que sean muy alejados de zonas urbanas y sin iluminación, sobre todo en las noches.
Tampoco se debe dejar a subir pasajeros en estado de ebriedad o drogadicción, pues ello estimula la agresión y las conductas inapropiadas, ni a los que discuten sobre el lugar de destino o que se contradigan hacia dónde quieren ir.
“El conductor de taxi debe estar siempre alerta, consciente del lugar donde se encuentra y de la situación que lo rodea. Cuando esté solo en busca de pasajeros, debe mantener las puertas y ventanas de su unidad cerradas, porque a veces los delincuentes aprovechan que se detuvo para ingresar de improviso, abriendo todas las puertas, sin darle tiempo de reaccionar. Es preferible que el taxi lleve un GPS o una guía de calles para verificar que no le estén dando una dirección falsa”, indicó Soriano.
Agregó que en caso suban varios pasajeros, el taxista debe mantenerse atento a posibles señales sospechosas que pueden estar dándose entre ellos. Si presiente la más mínima posibilidad de riesgo, lo mejor es dirigirse al puesto policial o de serenazgo más cercano
En caso se deba recoger a un pasajero en una zona que el taxista no conoce, es preferible mantener el motor encendido para huir ante una situación de riesgo.
Otra señal de alerta es cuando el pasajero indica un súbito cambio de destino a mitad de la carrera. Algo que no debe permitirse bajo ninguna circunstancia, es que el pasajero pida que suba otra persona en el camino, pues puede tratarse de un cómplice.
Otra de las modalidades empleadas por los asaltantes, es la de la mujer atractiva que coquetea con el taxista. Se trata en realidad de una trampa para llevar a la unidad hacia donde están sus secuaces.
“En general el taxista debe comportarse como un profesional, tratando a sus pasajeros con respeto y distancia, sin aceptar insinuaciones. No debe olvidar que está en su puesto de trabajo. No debe aceptar comidas o bebidas de los pasajeros pues pueden estar mezclados con somníferos o drogas que incluso se pueden colocar en lápices labiales”, advirtió.
Otra modalidad para obligar al taxista a bajar de su vehículo es la del falso pasajero que lleva grandes bultos o necesita ayuda por estar con muletas. Si debe bajar de su unidad para ayudar al pasajero a subir, el chofer debe hacerlo con mucho cuidado y estar alerta, pues una vez fuera los cómplices salen de un lugar escondido para atacarlo.
Finalmente, si el asalto es inminente y no se puede evitar, lo mejor es no hacer movimientos bruscos ni responder de manera violenta a los delincuentes, pues la vida y la salud están por delante de lo material.
“La vida es el principal valor que debemos proteger. Lo mejor es acceder a todo lo que nos piden los asaltantes, no contradecirlos y dejar que se lleven lo que buscan, sea dinero o el vehículo. Una vez alejado de ellos, se debe buscar inmediata ayuda policial”, subrayó el gerente de Operaciones de Taxibeat.