Real Madrid tuvo la contuntencia que se le esperaba y se clasificó finalista de la Copa Mundial de la FIFA Marruecos 2014 al vencer por 4-0 al Cruz Azul, un equipo que generó peligro en el primer tiempo pero que fue perdiendo fuelle con el correr de los minutos. El encuentro se jugó el 16 de diciembre de 2014 en el Gran Stade de Marrakech.
El equipo blanco honró con su producción a la multitud que copó el estadio, entregada desde el tiempo antes del partido a sus ídolos. Karim Benzema regateaba como un rayo, bajaba un ohhhhh de admiración . Gareth Bale metía la sexta velocidad, rugía cada una de los 35.000 presentes. Lo de Cristiano Ronaldo ya pertenece a otro nivel de amor: hubo nirvana colectivo cada vez que la pelota llegó a sus pies, ni hablar cuando quiso definir de rabona un centro desde la izquierda.
A nada de comenzar, José Corona ya se había quemado las manos ante un remate del portugués desde dentro del área chica, Tuvo algo de zozobra el equipo merengue por dos buenas acciones de los mexicanaos, pero no pasó demasiado hasta que Sergio Ramos voló más que nadie ante el centro de Toni Kroos y marcó la diferencia (15′, 0-1).
Cruz Azul, pese a la diferencia de categoría individual, se las ingenió para seguir creando peligro: dos veces lo tuvo el ecuatoriano Joao Rojas, dos veces salvó un defensor blanco arrojándose al suelo. El Madrid llegaba hasta el área pero no lograba percutir, hasta que Dani Carvajal arrasó por banda derecha y su centro bajo encontró al fiero Benzema, rapidísimo para anticipar (36′, 0-2).
Penal y después
La Máquina no se rindió y fue por el descuento, con valentía. Tuvo un penal en los pies de Gerardo Torrado, pero ganaron las manos de Iker Casillas. Iban 40 del primer tiempo y, aunque tuvo alguna que otra ocasión en el segundo -un gran remate al palo de Pablo Barrera-, dio la sensación que ahí supo que la historia estaba sentenciada.
En el complemento, además de ser letal, el Madrid también frotó la lámpara. Lujos de Cristiano, chiches de Isco, muestrario de técnica individual aquí y allí. Apenas iniciado, el portugués desbrdó por la derecho y facturó Bale entrando por el opuesto (50′, 0-3).
Corona siguió despejando -el palo también-, Casillas respiró aliviado en alguna e Isco anudó a dos rivales en milésimas y la puso contra un palo (72′, 0-4). Ancelotti tuvo tiempo de quitar a Ramos porque estaba amonestado y rotar un poco. El trabajo estaba más que hecho, el del campo, con la victoria número 21 en fila, y el de afuera: los hinchas se fueron encantados, con las luces de sus móviles iluminando la noche, por más que les haya faltado el gol de Cristiano.