“No tuve miedo de morir porque soy un hombre de tres corazones”, dijo el exastro del fútbol mundial, en el estado de Minas Gerais (sureste de Brasil).
Pelé, tres veces campeón del mundo, ofreció una rueda de prensa antes de dejar el hospital Albert Einstein.
“Estoy preparándome para las Olimpíadas” de Río 2016, bromeó. En el equipo olímpico de fútbol “pueden jugar tres profesionales, yo soy uno de esos tres”, dijo más adelante con una sonrisa.
Pelé había sido operado de cálculos renales el 13 de noviembre en el Albert Einstein y dado de alta dos días después. El 24 volvió afectado por una infección urinaria.
“Fue una sorpresa la reacción, sentía escalofríos; pero era algo que ya había sentido antes. No pensé que podría ser una infección”, indicó el jugador.
El 27 por la noche el hospital informó que el exfutbolista presentó una “inestabilidad clínica” y lo colocó en terapia intensiva, desatando las alarmas en el mundo entero.
El astro estuvo bajo diálisis renal del viernes 28 al domingo 30 de noviembre. El martes 2 de diciembre pasó a cuidados semiintensivos y continuó recibiendo antibióticos.
Ya el 5 de diciembre, mucho mejor de salud y tocando la guitarra, Pelé apareció en un video desde su habitación en el hospital, acompañado por su novia y dos de sus hijas. En aquella oportunidad, el eterno “10” agradeció al mundo entero por haberse preocupado por su salud.
“Como todo paciente de 74 años pasará por un período de rehabilitación. Estuvo acostado dos semanas y perdió masa muscular. Vamos a estar pendientes por 10 días y después hará fisioterapia a fin de someterse a nuevas evaluaciones”, explicó Fabio Nasri, integrante del equipo médico que lo atendió.
El mito del fútbol tiene solo el riñón izquierdo desde su época de jugador, pues perdió el otro tras una lesión.
Considerado el “mejor atleta del siglo XX”, es reconocido como uno de los futbolistas más completos de todos los tiempos, además de ser una importante figura del imaginario colectivo brasileño.
En 1,363 partidos marcó el récord de 1,281 goles.
