El violinista peruano Máximo Damián Huamani nació el 20 de diciembre de 1936
en San Diego de Ishua, distrito de Aucará, provincia de San Juan de Lucanas, departamento de Ayacucho. El escritor José maría Arguedas le dedicó su obra póstuma El zorro de arriba y el zorro de abajo y en su testamento pidió que tocara el violín durante sus funerales.
Hijo de Justiniano Damián y Toribia Huamaní, una familia campesina y quechua hablante, Máximo no pudo terminar sus estudios primarios. Su padre era violinista y viajaba a los pueblos, mientras su hijo se quedaba en casa con su madre ayudando en las labores propias del campo.
Muchos ayacuchanos se iban a Lima. “Cuando regresaban, llevaban terno, hablaban el castellano y daban dinero a sus padres. Ya que era el mayor, mis padres me decían: ‘Tú también tienes que ir a Lima para trabajar; ¡así ayudarías a tu familia!” Mi tío que nos visitaba todos los años me propuso llevarme a Lima, pero yo no quería irme: tenía todo lo que necesitaba en mi pueblo: mi ganado, mis tierras, mi maíz, agua, papas,… ¿Por qué irme? Entonces, decidí escaparme; me fui a mis chacras, arriba. Llevé mantas y ponchos y me construí una casa con piedras. Un día, una de mis vacas se escapó y arruinó todo el maíz. Mi madre se puso furiosa. Felizmente, mi padre estaba de viaje. Pensé: ‘Cuando vuelva, me va a matar…Mejor me voy…’ Y así me fui a Lima, con mi tío. Eso ocurrió por los años 1955”, refiere Máximo Damián.
En Lima empezó a trabajar como empleado de casa. “No hablaba ni siquiera una palabra de castellano y lloraba todo el tiempo. ¡Estaba tan triste! Quería volver a casa pero mi tío insistió y me encontró un trabajo en el consultorio de un médico. Su esposa hablaba quechua y me quedé dos años”. Con su primer sueldo se compró un violín y comenzó a tocar para la gente de su región, en las reuniones, cumpleaños, fiestas patronales.
“Trabajaba duro, desde las 5 a. m hasta las 9 p. m. Con mi primer sueldo, me compré un violín. Empecé a tocar para la gente de mi región, en las reuniones, cumpleaños, fiestas patronales que organizaban para ayudar sus pueblos. Por las mañanas, tocaba en la radio”. Poco a poco se fue ganando el respeto y admiración de los inmigrantes andinos.Un día el escritor José María Arguedas fue a buscarlo a su casa en Pueblo Libre.” Hablaba quechua y le gustaba la música de la sierra. Nos hicimos amigos y fue con él que por primera vez presenté el baile de tijeras en el teatro municipal. Los días durante los cuales repetía, no iba a trabajar y mis patrones se molestaron. Me fui del medico y entré en una fábrica de tejidos. Pero ocurrió lo mismo…”.
El escritor invitó a Máximo Damián a tocar en fiestas u celebraciones costumbristas, así como también asistir a las conferencias sobre cultura andina. En 1954 acompaña a Arguedas a Chile y ofrece recitales. Por intermedio de la Casa de la Cultura viaja a Caracas para ofrecer conciertos. En 1962 se presenta en Puerto Alegre (Brasil) y Loja (Ecuador).
Máximo Damián acompañó al cortejo fúnebre de José María Arguedas, quien pidió su presencia en uno de sus diarios. Junto al violinista tocaron Jaime Guardia, Alejandro Vivanco y los hermanos Chiara, mientras que dos danzantes de tijeras bailaban junto al ataúd.
Desde 1975 se dedica a la docencia en la Escuela Nacional de Folclor. Con motivo de los 500 años del Descubrimiento de América, en 1992 realizó giras por Alemania, Suiza, Francia e Inglaterra. También se ha presentado en Dinamarca y Holanda (1994). En el 2000 actuó en Nueva York, en el Lincoln Center y por varias ciudades del Japón.
En 1995 Máximo recibió la medalla Kuntur del Instituto Nacional de Cultura como reconocimiento a su trayectoria artística y una condecoración de la Universidad de Ingeniería “por su valiosa contribución al folclor nacional”.
Obras
Ha compuesto:
hermoza es su manera de tocar el violin el mastro amauta don Maximo damian