Hasta el 4 de enero exhibirán obras de Concurso Nacional de Nacimientos

Publicado el 26/12/14

En la galería Pancho Fierro, que recibe mensualmente unas 20,000 visitas, se exhiben nacimientos diseñados en piedra de Huamanga, cerámicos vidriados, retablos e incluso en cáscaras de maíz.

Desde el primer rayo de luz hasta el último, doña Apolonia Dorregaray (1914-2002) solía transcurrir sus días tallando laboriosos mates para poder solventar los gastos de su hogar.

“Nosotros hemos mantenido este arte por cinco generaciones”, dice orgullosa su nieta, Kania Seguil, quien explica cada detalle de su obra, una de las que se exponen en la galería Pancho Fierro, en el Centro de Lima.

Egresada de Arqueología, pero amante de las artes, Kania no vacila al comentar que su pasión hacia este respetable oficio lo heredó directamente de su padre, el gran artesano Sixto Seguil.

“Aprendí como jugando porque, como todo niño, uno siempre quiere ser como su padre”, dice la joven que a los seis años comenzó a plasmar sus primeros trazos, y hoy, con 29 años a cuestas, presenta un nacimiento basado en la iconografía del legendario cronista Guamán Poma de Ayala.

Javier Leturia, director del Instituto Cultural, Teatral y Social (ICTYS) –asociación que desde hace una década organiza el certamen y, desde hace 36 meses, es coorganizado con la Municipalidad Metropolitana de Lima– señala que este tipo de concursos promueve aquel arte popular muchas veces abandonado.

“Nosotros convocamos a artistas populares de todo el país y lo que buscamos es promover el arte popular, las expresiones tradicionales y, cómo no, la aparición de nuevos valores. El jurado [integrado por seis expertos] evaluará los trabajos bajo cuatro criterios: habilidad manual, perfección en la línea artesanal elegida, tradición e innovación”.

El director del ICTYS explica que un aspecto bien marcado en el vapuleado mundo del arte tradicional es, sin duda, aquella notable participación familiar en la elaboración del producto. “Uno observa una obra y dice: ‘Ah, este trabajo es de tal’, pero está toda una familia alrededor: los hijos, los primos, que son parte del taller. Si bien la creación la concibe el artista, el entorno familiar es bastante marcado en estas artes”, recuerda.

Otro aspecto bien marcado es la inserción simbólica de sus pueblos. “Hay artistas que tienen sangre ayacuchana y muchos de ellos son nacidos en Lima. Sin embargo, en cierto aspecto, todos rescatan sus raíces”, concluye Leturia.

Entre visitantes y curiosos en la muestra, al lado de su padre, Kania relata que su obra Navidad: esperanza de paz en el Nuevo Mundo resume aquel fervoroso catolicismo que trajo consigo la conquista española al Tahuantinsuyo.

“Nosotros, como peruanos, sin dejar nuestras costumbres de lado, hemos asumido esta religión. En todo pueblito de la Costa, Sierra y Selva; de alguna manera, siempre está presente la Navidad”, recalca ella. Y don Sixto, su padre, proclama, a sentimiento puro, que “esta tradición, al menos en mi familia, estoy seguro, nunca morirá”. Palabra de maestro artesano. (Renato Pajuelo)

En la plaza de Armas del Cusco se desarrolló ayer el Santurantikuy 2014 o la compra de santos. Se trata de un evento que se inicia tradicionalmente a las 4:00 horas y en el que participan 1,470 artesanos de las regiones Cusco y Puno. Ellos exponen y venden sus mejores obras de arte en cerámica, imaginería, hojalatería, labrados en piedra y madera, pintura, tejidos y hierbas medicinales, así como nacimientos para cusqueños y turistas.

El Santurantikuy es una actividad que se realiza en el Cusco desde 1698 y es considerada patrimonio cultural de la Nación, ya que por este único día se demuestra el arte popular cusqueño a horas de la Navidad. La singularidad prima en la venta de niños Manuelitos, pastores, reyes magos, vírgenes, angelitos y otros objetos afines. (Percy Hurtado)