James Rodríguez, jugador colombiano del Real Madrid, se refirió a varios aspectos de su vida personal y su carrera deportiva, entre ellos la infancia y los primeros meses en la capital de España.
El atacante aseguró que siempre estuvo convencido de sus opciones de vestir de blanco en algún momento: “Talento tenía. Cuando uno juega al fútbol también tiene que tener suerte porque estuve con muchos jugadores buenos que tenían talento pero por cualquier circunstancia quedaron fuera. Tenía convicción de que podía llegar”.
James, que fue entrevistado en el programa ‘El Larguero’ de la Cadena Ser, admitió: “Siempre aprobaba pero nunca era excelente, sobresaliente. No era el mejor estudiante pero siempre intentaba pasarlas”.
“Mi madre siempre lo tuvo claro, hablaban de que no fuera el mejor estudiante pero siempre intentara aprobar. Siempre tuve claro eso y ellos también, que lo mío siempre fue el fútbol, jugar. Pero mi padrastro me inculcaba que jugando al fútbol tenía que ser el mejor porque sabían que tenía condiciones”, explicó también.
La figura de su padrastro fue muy importante: “Tuve suerte y fortuna de estar con él, siempre ha estado allí, siempre me apoyó. Fue el que me apoyó para que jugara al fútbol. Me puso en una escuela. Vio que tenia talento, condiciones para poder jugar. Es como un padre y es considerado también mi padre”.
Antes de eso convivió durante un tiempo solamente en compañía de su madre: “Recuerdo que estuve solo con ella, una madre luchadora que siempre ha estado ahí. Es un ejemplo porque siempre ha estado ahí conmigo”.
Otra mujer de relevancia en su vida ha sido su esposa Daniela: “La conocí en el 2007 por medio de una amiga que me la presentó. Cuando estuve con ella, hubo conexión. Se fue conmigo a Porto. Cuando ya estaba allí, al año ya estaba casado. Es una buena compañía para mí”.
Admiración por Valderrama
Asimismo mostró su admiración por Valderrama, dijo que no le gusta estar solo y subrayó que le agobia “un poco” la fama: “Pero hay que estar siempre acostumbrado a eso porque es la vida que yo escogí y que estoy llevando. Tengo que acostumbrarme a todo eso”.
“No voy a hacer la compra, va Daniela sola. Prefiero estar tranquilo porque afuera cuando sales te hacen muchas fotos. Doy fotos pero cuando hay mucha gente uno se cansa un poco”, confesó sobre su día a día en Madrid.
Además detalló otros aspectos privados: “Soy cristiano, muy religioso, creo mucho en Dios. Cuando puedo voy a la iglesia. Desde el Porto tengo a alguien que siempre ha estado conmigo en temas de Dios. Viene cada mes”.
Acerca de su infancia, recuerda con cariño su estancia en Ibagué: “Estuve desde los cuatro años hasta los diez que fui para otra ciudad. En Ibagué prácticamente yo me crié. Tengo algo especial por la ciudad porque fue donde yo me crié y tengo familia. Le tengo mucho cariño”.
Por otra parte, el internacional colombiano repasó su trayectoria empezando por sus primeros años como profesional: “Me asustaba competir con gente grande pero tenía talento y sabía que podía jugar rápido. A los catorce años jugué como profesional. Juego contra tipos grandes que llevaban ya tiempo jugando al fútbol profesional. Era inteligente y tocaba rápido. Tocaba y me iba. No podían agarrarme porque era inteligente. Sabía que si iba al choque, seguramente perdía”.
Más tarde llegaría Banfield: “Me fui solo, a prueba con una opción de compra. A los seis meses hacen uso y ya estoy allí hasta los dieciocho años. Estuve en un apartamento solo y a los cuatro meses llega mi padrastro y me hace una compañía importante. A veces lloraba porque estaba solo, en un país nuevo, joven… Banfield es un barrio y después de 103 años, salir campeones fue algo único, algo que nunca van a olvidar”.
Mención propia tuvo también el Porto, donde conoció de primera mano el fútbol europeo: “Es un equipo que tiene mentalidad de siempre ganar, un club que siempre gana copas, títulos… está acostumbrado a ganar”.