El Mes de la Herencia Hispana que arrancó en Estados Unidos moviliza ya a los latinos en una campaña en la que buscarán fortalecer su poder político en las elecciones legislativas de noviembre, con el gran objetivo de desbloquear la reforma migratoria. Más de medio centenar de agrupaciones hispanas comenzaron una campaña para incentivar a los latinos a que se registren en las oficinas electorales con la mirada puesta en los comicios legislativos, en los que se renovará un tercio de los 100 senadores, y también los 435 representantes de la Cámara de Representantes, actualmente de mayoría republicana.
“Los latinos sabemos que la única forma real de impactar nuestro futuro es con una fuerte presencia de nuestro voto”, aseguró Ben Monterroso, director de la organización Fondo Educativo Mi Familia Vota. Aunque los latinos tienden a participar más en las presidenciales, se prevé que más de 7.8 millones de electores hispanos votarán en las legislativas del 4 de noviembre, lo que supone un aumento del 17.8% con respecto a las elecciones de mitad de término de 2010, según la Asociación Nacional de Funcionarios Electos y Designados (NALEO).
“Hoy y durante el mes que viene, vamos a demostrar que los latinos se mantienen a la altura, porque tenemos el orgullo de nuestra cultura, y reconocemos el poder de nuestro voto”, aseguró María Teresa Kumar, presidente de Voto Latino, durante el anuncio de la campaña. Según las proyecciones de población oficiales a julio de 2013, la población hispana en Estados Unidos se eleva ya a 54 millones de habitantes, un 17 por ciento del total, lo que la consolida como la minoría étnica mayoritaria por encima de los afroamericanos.
En términos electorales, cada mes cerca de 50,000 hispanos cumplen la mayoría de edad en Estados Unidos y son, por tanto, potenciales votantes de cualquiera de los grandes partidos. La continua decepción por la falta de un plan migratorio en el país dispara los esfuerzos para movilizar más votantes hispanos a las urnas e impulsar a aquellos que cumplen los requisitos para optar por la ciudadanía. La celebración de la hispanidad, entre el 15 de septiembre y el 15 de octubre, reivindica así esa lucha en un año, además, agravado por la llegada masiva de niños inmigrantes centroamericanos.
A los más de 11.3 millones de indocumentados del país, en su mayoría de origen hispano, se sumarán este año fiscal que termina el 30 de septiembre por lo menos 66,000 niños centroamericanos que cruzaron solos la frontera con México, huyendo de la violencia, pobreza y falta de oportunidades. “Lo más doloroso es saber que se está lastimando a los más frágiles, a los que más debemos proteger”, dijo Nora Sandigo, directora de la organización a favor de los inmigrantes American Fraternity.
Este éxodo además reavivó la agresiva pugna política entre demócratas y republicanos, estos últimos con la “protección de la frontera” como piedra angular de una reforma migratoria que quedó estancada desde mediados de 2013 cuando un proyecto al respecto fue aprobado tan solo en el Senado, actualmente en manos de los demócratas. Desde entonces, la historia de inmigración para los hispanos que anhelan un camino a la legalización ha sido la deportación de al menos 258,000 indocumentados el presente año fiscal, y las promesas del presidente Barack Obama de emprender medidas ejecutivas en favor de los indocumentados ante el estancamiento de la reforma en el Congreso.
Sin embargo, el pasado 6 de septiembre cayó como un balde de agua fría el anuncio de Obama de posponer dichas acciones, “debido a la extrema politización de este asunto”, hasta pasadas las elecciones legislativas. “Estamos muy decepcionados con el presidente”, cuestionó Frank Sharry, director de America’s Voice, quien como los líderes de otros grupos proinmigrantes ha criticado el “incumplimiento” de las promesas del gobernante demócrata, que se comprometió en su primer mandato a sacar adelante una reforma migratoria.
Por su parte, Carolina González, portavoz de la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) en Florida, urgió al presidente a “tomar una acción administrativa para evitar las deportaciones y ofrecer autorizaciones de trabajo a aquellos indocumentados elegibles para la legalización”. “Empezamos el debate sobre la inmigración con nuestro récord de participación en las elecciones de 2012, y vamos a seguir luchando por nuestra comunidad y por la reforma migratoria en las votaciones”, aseguró Monterroso.
El presidente Barack Obama logró en 2012 la reelección con el 75 por ciento del voto latino, de un total que superó los 12 millones de votantes entre esta comunidad, comparado con el 23 por ciento del candidato republicano, Mitt Romney. “Nuestra voz colectiva asegurará que los funcionarios electos no nos ignoren más, ni ignoren las cuestiones que afectan a la comunidad latina”, expresó Monterroso.