No voy a postular a la Presidencia de la República el 2016.
Nunca dije que lo haría, sin embargo he tenido que negarlo varias veces. No voy a postular, porque soy demócrata, porque creo en el valor de las instituciones y las leyes, sin respeto a las cuales no es posible avanzar hacia el desarrollo, la inclusión y una vida digna para todos.
Estoy convencida de que el rol en esta etapa de mi vida es la de acompañar a mi esposo, el Presidente de la República, y apoyarlo con todas mis energías, no para tomar atajos de provecho personal.
Ollanta y yo somos una pareja que valora la palabra empeñada y queremos que nuestros hijos estén orgullosos de tener como padres a políticos que quieren profundamente al Perú, que cada uno en el rol que le toca trabaja por el bienestar de todos los peruanos y peruanas y lo hacemos cumpliendo las leyes y la Constitución.
Soy agradecida con los varones y mujeres que me dan su afecto en cada encuentro. Sepan ustedes que el abrazo, la palabra y la sonrisa compartida es franca y sin doblez.
El Perú no necesita “cuentos de lobo”, ni “cortinas de humo”, que quizás quieren disimular falta de propuestas o intereses muy ajenos a los del país. La estrategia de generar rumores y desconfianza no se ha detenido, pero tiene un límite y se desgasta con el tiempo. Y quienes mienten queriendo asustar reiteradamente terminan siendo descubiertos y su palabra devaluada.
Necesitamos avanzar unidos y enfocarnos en los temas e iniciativas que sigan enrumbando a nuestro querido Perú al gran objetivo del progreso para todos. Ese es el desafío al que debemos dedicar nuestros esfuerzos y mejores talentos.