La compañía del Ballet de Georgia integrada por pequeños niños, ofrecerán cuatro presentaciones en la cual demostrarán su fama mundial.
Los niños del Cáucaso son artistas a ras del tablado, pero también artistas en vuelo. Movimientos, armonía en la danza, en la música, contenidos de historia y tradición, y todo expuesto con arte, precisión y elegancia.
Los Niños Virtuosos del Cáucaso o el Ballet de Georgia, vuelven a Lima después de cuatro años para ofrecer cuatro funciones en el auditorio del Colegio de Santa Úrsula, San Isidro.
Los 32 niños, de entre 7 y 12 años de edad, que integran la compañía son entrenados desde los cuatro años para poder formar parte de ella.
En esta ocasión ofrecerán un espectáculo dividido en dos partes que reúnen hasta veinte danzas.
Este grupo de niños, que cosecha aplausos adonde va, que asombra a grandes y chicos, fue fundado en la ciudad de Tbilisi en 1993, por el coreógrafo Gia Davitashvil, ex primer bailarín del Ballet Nacional de Georgia y actual director de los pequeños.
La danza en Georgia es quizás una de las primeras manifestaciones de socialización. De allí que sus bailes no son bailes en sí mismos, sino toda una simbolización de su historia, tradiciones y costumbres. Si bien esta compañía solo tiene 20 años de creada, son miles de años de cultivo de la danza.
Entre los bailes que forman el programa, está la danza “kartuli” (baile clásico georgiano), danza con reglas definidas, sobre las puntas de los pies. Lo más resaltante es la expresión de la caballerosidad del hombre georgiano hacia la mujer.
También el baile “khorumi”, una de las danzas más populares de Georgia. Se remonta a la época de las guerras heroicas. Pero también están las danzas más típicas como “khanjluri” (baile con cuchillos) en la que se representa a los pastores descendiendo de las montañas armados de espadas y cuchillos. Y claro, también está el tema del amor con el baile “parikaoba” (baile de la villa Khevsuri) Este danza comienza con la entrada a escena de una pareja de enamorados, pero pronto aparece otro joven, se produce una querella que se traduce en un combate a sables.
El escenario es de ellos. Las niñas, que visten majestuosos y coloridos trajes, realizan delicados movimientos que expresan dulzura, inocencia y alegría. Los niños, danzarines, acrobáticos, las contemplan por un momento, pero luego se acercan con admirable caballerosidad y respeto. Comienza el rito de la danza.
Las presentaciones son los días 14, 15, 16 y 17 de agosto en el Colegio Santa Úrsula – Calle Salamanca Nº 125 – San Isidro.
Entradas Teleticket de Wong y Metro.