Un chef chino murió al recibir la mordida de una cobra que había decapitado hacía 20 minutos. El cocinero se encontraba preparando un plato exótico con la carne del reptil.
Peng Fang, un experimentado cocinero de Foshan, China, creyó seguro manipular la cabeza de la cobra luego de decapitarla y dejarla en ese estado por veinte minutos. Sin embargo, al tomar el trozo del animal, la mandíbula del mismo se cerró en una de sus manos y le inyectó el veneno que contienen sus colmillos.
La sustancia neurotóxica de la cobra pasó a la sangre de Peng, quien murió instantáneamente a causa de la asfixia provocada por el veneno.
Según el experto en reptiles Yang Hong Chang, una vez seccionada, las piezas de la cobra pueden continuar moviéndose de forma autónoma hasta una hora después de haber sido separadas del resto del cuerpo.