Gaza, Territorios Palestinos jul. 07. El enfrentamiento entre Israel y el Hamas corre el riesgo de convertirse en un conflicto generalizado tras la muerte de al menos siete combatientes palestinos en Gaza, en momentos en que se multiplican los disturbios tras el asesinato de un adolescente palestino a manos de extremistas judíos.
Cuatro activistas de la rama militar de Hamas, que gobierna la franja de Gaza, murieron en un ataque israelí contra un túnel en Rafah, al sur del territorio, según varios testigos y los servicios de emergencias locales. Otros dos miembros de las brigadas Eziedin al Qasam desaparecieron.
La prensa israelí atribuyó el incidente a una explosión de origen intederminado. La zona tiene numerosos túneles que sirven para el contrabando desde Egipto, así como galerías subterráneas usadas por comandos para infiltrarse tras las líneas israelíes o lanzar cohetes.
Un combatiente palestino falleció por las heridas que le provocó otro ataque israelí en un campo de entrenamiento de las brigadas de Al Qasam en Rafah.
El ejército israelí indicó en un comunicado que había atacado “nueve posiciones terroristas y puntos de lanzamiento de cohetes en la franja de Gaza”.
Desde el domingo por la noche, al menos 14 proyectiles han impactado caído en el sur de Israel, uno de los cuales hirió levemente a un militar y provocó daños materiales.
Uno de los cohetes alcanzó los barrios periféricos de la ciudad de Beersheva, la capital del desierto de Neguev, a unos 50 km de la franja de Gaza, sin provocar víctimas.
El primer ministro Benjamin Netanyahu se comprometió a “hacer lo necesario para recuperar la paz y la seguridad” en el sur de Israel. Pero instó a su gobierno a abstenerse de declaraciones incendiarias para evitar una confrontación generalizada.
“La experiencia nos ha demostrado que, en momentos como éste, debemos actuar de forma responsable y con la cabeza fría para abstenernos de declaraciones duras e impetuosas”, declaró Netanyahu a sus ministros.
Esta línea prudente ha generado divergencias en el seno de la coalición conservadora; el ministro de Exteriores, Avigdor Lieberman, un halcón ultranacionalista, anunció el lunes que rompía su alianza con el partido Likud del primer ministro, aunque sin abandonar el gobierno.