La última Semana de la Moda de Nueva York, celebrada en febrero, arrojó un triunfador inesperado. Al margen de diseñadores y top models, la estrella de las pasarelas fue la Fibra de Alpaca Peruana, que poco a poco está desbancando al Cashmere como el tejido más reclamado para las prendas de abrigo más lujosas. Y el futuro adivina que esta tendencia irá a más. Porque aunque el cotizado cashmere ha abaratado su precio sensiblemente en las últimas dos décadas, también ha reducido su calidad.
Además, hay cuestiones medioambientales que dificultan su producción. Mientras, el empeño de Perú por promover la alpaca está dando sus frutos. Diseñadores de medio mundo se decantan por confeccionar sus colecciones de otoño e invierno con el pelaje de la alpaca, muy similar a la llama pero de menor tamaño. Las firmas de ropa ya están elaborando sus colecciones de la próxima temporada y la alpaca ya ha sustituido al cashmere como el tejido estrella.
En París y Milán, marcas como Louis Vuitton y Versace ya han exhibido prendas elaboradas con la lana de este animal que habita en las alturas de los Andes peruanos. La demanda es tal que, según han declarado algunos diseñadores, hay lista de espera para conseguir el preciado hilo, muy reclamado en Europa, Asia y Estados Unidos.
La alpaca es similar al cashmere, pero es más barata, más resistente y ofrece una gama de más de 20 colores vírgenes. Hasta los años 90, el cashmere era un tejido de lujo, pero a medida que su precio se ha rebajado, la demanda de prendas elaboradas con esta lana se ha disparado. Hoy se pueden comprar jerseys por menos de 90 dólares, que se rebajan hasta los 10 dólares en los que se mezclan con algodón. Un suéter de alpaca oscila entre los 150 y los 200 dólares, pero según señalan los expertos, puede resultar barato, ya que son mucho más resistentes.
El auge de la alpaca no sólo es una gran noticia para Perú, que ingresa alrededor de 175 millones de dólares por la exportación de este tejido; también lo es para el medio ambiente. Todo lo contrario que el cashmere de algunas cabras de Asia, principalmente de China y Mongolia, en cuyo caso la enorme demanda ha ‘secado’ los campos de estos países. Los rebaños de estas cabras, más resistentes que las ovejas, se han multiplicado en los últimos años.