Madrid, jun. 25. El juez instructor del caso de presunta corrupción que sacudió a la familia real española mantuvo hoy la imputación a la infanta Cristina, abriendo la vía para que sea juzgada, solo seis días después de la proclamación de su hermano, Felipe VI, como nuevo rey.
La imputación en diciembre de 2011 de Iñaki Urdangarin, de 46 años, esposo de Cristina investigado por presunta malversación, y después de la infanta el pasado enero, provocaron un escándalo que contribuyó a hundir la popularidad del rey Juan Carlos, antes de su abdicación el 2 de junio.
Las consecuencias del denominado “caso Noos” constituyen uno de los primeros problemas que debe enfrentar el nuevo monarca, Felipe VI, en el trono desde el 19 de junio.
Este miércoles, la Casa del Rey se limitó a expresar su “pleno respeto a las decisiones judiciales”, según reseña la Agencia France Presse.
Cerrando una investigación iniciada en 2010 y que el jefe de la casa real bajo Juan Carlos, Rafael Spottorno, calificó de “martirio”, el juez José Castro de Palma de Mallorca decidió mantener imputados, entre una quincena de personas, a Urdangarin y Cristina.
Esta última por “dos presuntos delitos contra la Hacienda Pública y uno de blanqueo de capitales”.
La decisión no es firme y tanto el fiscal anticorrupción de Palma, Pedro Horrach, como el abogado de la infanta, Miquel Roca, afirmaron que recurrirán una decisión que, de confirmarse, sentaría por primera vez a un miembro de la familia más cercana al rey en el banquillo de los acusados.
En opinión de Castro, Cristina, de 49 años, cooperó con su esposo, imputado junto a un exsocio de haber presuntamente malversado más de seis millones de euros de dinero público mediante el Instituto Noos, una sociedad sin ánimo de lucro, que Urdangarin presidió entre septiembre de 2003 y a marzo de 2006.
“Los supuestos delitos contra la Hacienda Pública que se imputan a Don Iñaki Urdangarin Liebaert difícilmente se podían haber cometido sin, cuando menos, el conocimiento y aquiescencia de su esposa por mucho que de cara a terceros indiciariamente mantuviera una actitud propia de quien mira para otro lado”, afirmó Castro en un auto de 167 páginas.
En su declaración ante el magistrado el 8 de febrero, la infanta, que había aparecido serena y sonriente, afirmó no tener “nada que ver” con los negocios de su marido y haber participado en ellos porque Urdangarin se lo pidió y “confiaba” plenamente en él.