Jueves, 26 de Diciembre del 2024
El 11 de abril de 1880 nace en Huarochirí el insigne médico y arqueólogo Julio César Tello Rojas.
Hijo de Julián Tello García y María Asunción Rojas Erqes, inició sus estudios en la escuela municipal de Huarochirí. En Lima continuaría su educación en el plantel dirigido por Pedro A. Labarthe. En 1899 terminó sus estudios secundarios en el colegio nacional de Guadalupe. Al año siguiente ingresó a la Facultad de medicina de la universidad de San Marcos, donde obtuvo el grado de bachiller con la tesis La antigüedad de la sífilis en el Perú. En 1991 obtuvo el título de cirujano.
En 1909 el gobierno de Leguía le concedió una beca para realizar estudios de posgrado en la universidad de Harvard. También estudió en Londres, Berlín y París. A su regreso empezó a participar en una serie de exploraciones arqueológicas.
Dictó cursos de antropología general y de arqueología americana y del Perú en las universidades de San Marcos y la Católica. Fue el promotor de la Asociación Peruana de Antropología, creada en 1939. Asimismo, fue miembro del Instituto Histórico del Perú y de la Sociedad geográfica de Lima (desde 1918). En 1940 fundó el museo de Arqueología de San marcos.
Julio César Tello falleció de cáncer a los 67 años de edad en el hospital Arzobispo Loayza.
Tello está considerado como el padre de la arqueología peruana, pues fue el primero en asumir la arqueología como deber profesional. A lo largo de su vida se dedicó a excavar en la costa de Ica, en el valle del Santa, Nepeña, Huanuco Viejo, Cotos, la hoya del Mantaro, el valle de Urubamba. No obstante, su primordial interés estuvo en el estudio de la cultura Chavín. Pensaba que Chavín fue la cuna de las civilizaciones andinas posteriores que se desarrollaron en el Perú.
Ante el estado de marginación y desprecio en la cual se encontraba la masa indígena por las clases dominantes, Tello señaló: “He aquí la obra de mi raza que vaga proscrita entre las soberbias moles de los andes. Ella es digna de parangonarse con las más avanzadas culturas y civilizaciones del mundo; y si ayer fue capaz de hacer esto y organizarse en colectividades perfectas, mañana cuando le llegue la hora de su reivindicación, le será posible superarse y, mostrar al mundo el poder de su voluntad y el vuelo de su mente”.
Para el notable arqueólogo estaba claro que la conquista española había sido un genocidio en todo sentido: físico, mental y espiritual, cuyas consecuencias culturales, sociales, políticas y raciales persisten en la actualidad.
Sus obras más destacadas son: “Introducción a la Historia Antigua del Perú” (1912); “Wirakocha” (1923); “Antiguo Perú” (1929); “Origen y Desarrollo de las Civilizaciones Prehistoricas Andinas” (1942); “Sobre el Descubrimiento de la Cultura Chavín en el Perú”(1944). Gracias a su discípulo Toribio Mejía Xesspe, póstumamente se publicó “Paracas Primera Parte”(1956), ”Arqueologia del Valle de Casma” (1956); y “Chavín Cultura Matriz de la Civilización Andina” (1960).
