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Reimond Manco y el legado de Carlos “Kukín” Flores

Publicado el 19/03/14

A lo largo de su historia el fútbol peruano ha tenido una numerosa cantidad de promesas futbolísticas, jóvenes jugadores que saltaron al gramado exhibiendo condiciones excepcionales. Unos lograron convertirse en cracks, otros mostraron destellos de su talento, mientras que algunos se fueron apagando lentamente hasta extinguirse. Jugador de indudable condiciones, Reimond Manco apareció y destacó jugando por la selección peruana Sub-17 en las Eliminatorias realizadas en Ecuador (2007), con miras a la clasificación para el Mundial Corea del Sur. Hoy, a siete años de su excelente perfomance, que le valió ser considerado como el mejor jugador del torneo por la Conmebol, ¿hacia a dónde apunta su carrera profesional? ¿No debería estar jugando en un equipo de cierto nivel en Europa? ¿Es que acaso se ha cifrado demasiadas esperanzas en él? ¿Está siguiendo la hoja de ruta trazada por Carlos “Kukín” Flores? Como se recuerda, Carlos Kukín” Flores apareció en el escenario deportivo como un diamante en bruto, un armador de excepcionales condiciones, pero lejos de consolidarse como crack se abocó a la tarea de desperdiciar cuantas oportunidades se le presentaron en el camino. Al parecer el único norte que tuvo siempre presente fue el de la autodestrucción.

Reimond Manco debutó con el club Alianza Lima (2007) en la Primera División ante el Alianza Atlético Sullana y convirtió su primer gol, que a la postre sirvió para ganar el encuentro. Al año siguiente, lo contrató el PSV Eindhoven, equipo donde militó su compatriota Jefferson Farfán. Mientras que a Farfán le tomó tres años arribar al equipo holandés, a Mancó le tomó poco más de un año. El excelente nivel mostrado por Farfán había coadyuvado a que su contratación se  produjera de una manera vertiginosa. Evidenciando lealtad para con su nuevo equipo, Manco anunció que no iba a arriesgar sus piernas en los últimos partidos con la camiseta del equipo íntimo. Y como si vaticinara años de gloria en los Países Bajos, se despidió de su tierra armando una jarana con harto alcohol y bailarinas por doquier. Sin embargo, Manco no se adaptó y el PSV Eindhoven lo cedió a préstamo al Willem II, un equipo de mucha menor jerarquía. Pero tampoco en éste rindió lo esperado. Antes de que se produjera el préstamo Reimond Manco contrajo matrimonio con la modelo Fiorella Vento Días. 

A pesar de su experiencia negativa en el extranjero, Juan Aurich de Chiclayo se arriesgó y apostó por él y gestionó con PSV Eindhoven un préstamo para que juegue en el campeonato local (2010). Para sorpresa de nadie, indignación de pocos y molestia de todos, Reimond Manco anunció su separación de Fiorella Vento. Sin contratiempos, retomó el hilo conductor que había dejado en el aire antes de su partida a Holanda: La vida nocturna. Y si bien sus bonos por su experiencia en Holanda habían bajado notoriamente, no fue inconveniente para que su autoestima subiera exponencialmente. Desde su retorno, cambió su manera de tratar con las modelos. Así, situado desde un pedestal se dirigió a Shirley Arica con la frase: ‘Tócame que soy realidad’, cuya traducción más exacta sería: Te estoy concediendo el privilegio de tenerme frente a ti, de modo que no desaproveches la oportunidad. Ese mismo año Sergio Markarián lo convocó a la selección para un partido amistoso de visita ante Panamá. Perú salió airoso del compromiso y Reimond  Manco se fue a festejar el triunfo al casino Veneto, ocasionando que se le sancione con la suspensión. Sin embargo, su condición de joven promesa siguió seduciendo a los equipos extranjeros. De esta manera, el Atlante de México (2011) decidió contratarlo. Si en Holanda nunca se adaptó a los entrenamientos ni a la disciplina ni al clima, en México rápidamente se acopló al ritmo intenso de la noche. A los entrenamientos acostumbraba llegar tarde y en estado etílico. Cuando lo descubrieron no tuvo mejor coartada que sostener que había sido objeto de un secuestro al paso. El problema es que su testimonio lo brindó en estado de ebriedad. El Ministerio público se encargó de hacer las investigaciones del caso y llegó a la conclusión de que Manco había mentido. “No es la primera vez (…) Manco es mitómano”, señaló el presidente del club, José Antonio García. Fue separado inmediatamente. De regreso al Perú, nuevamente se incorporó al Juan Aurich. Sin embargo, al poco tiempo lo echaron por sus constantes borracheras.

Con otros actores, otros escenarios, otros tiempo y uno que otro detalle más, ¿la carrera profesional de Reimond Manco no parece hasta aquí un remake de la trayectoria de Carlos Kukín” Flores? Carlos “Kukín” Flores jugó en total por 16 equipos, 11 nacionales y 5 extranjeros; 8 veces por Sport Boys, 2 por Universitario de Deportes y 2 por Sport Áncash. Ningún futbolista peruano ha tenido tantas oportunidades para enrumbar su carrera profesional. Hasta el momento Reimond Manco viene jugando por 9 equipos, entre nacionales y extranjeros, y todo parece indicar que seguirá alternando en otros tantos. Iván Cruz, pastor y cantante, asegura que es Satanás quien lo está conduciendo por el camino equivocado. “Yo era un alcohólico y es muy posible que Reimond Manco esté también en ese problema. Reimoncito, te hago saber que eso que tienes no es obra de Dios, no es obra tuya, es obra de Satanás”, aseguró. Quitarle la responsabilidad de sus actos para adjudicárselas al demonio no sé si sea el modo más apropiado para alejarlo de las noches seductoras, pletórico de amigos pendencieros, chicas portentosas y, por supuesto, harto alcohol. Vale la pena señalar, de otro lado,  que la religión no pudo salvar a Carlos “Kukín“ Flores. Su acto de conversión al cristianismo no lo apartó de su vicio mayor: La cocaína. Quizás postergó su caída, pero no la detuvo. Quienes vieron a “Kukín” correr por las calles de Iquitos totalmente desnudo huyendo del fantasma de una chica aseguran que ni Dios lo hubiese podido detener.

A fines del año pasado un Reimond Manco borracho fue cargado por un taxista y dejado en su casa de Lurín. ¿Un presagio de cómo acabará su carrera profesional? “Aprendan como se disfrutan las vacaciones. Las merezco pero sin hacerle daño a nadie”, comentó el jugador en la red social, dejando en claro que para cometer actos bochornosos requerirá del alcohol, mas no para vanagloriarse de estos. Al contratar jugadores con faltas reiterativas o, lo que es peor, apañarlos cuando las cometen, ¿los clubes no contribuyen a precipitar la carrera del jugador hacia su fin? Al mantenerse impasible ante su problema de adicción, ¿la familia no incumple con su deber moral de ayudar a superarlo? Reimond Manco jugará la presente temporada por el UTC de Cajamarca. ¿Enderezará su carrera profesional o seguirá alimentando las páginas sociales, policiales y del espectáculo con nuevos escándalos? ¿Se aplicará en el torneo local con el objetivo de que clubes extranjeros se interesen por él o proseguirá con su propósito de asumir el legado dejado por Carlos “Kukín” Flores?

 

Por: RVP



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