La Maca: regalo de tierras andinas
Es una raíz tuberosa, domesticada por los Pumpush de Junín, una cultura pre-Inca, allá por los 700 años A.C., quienes en aquellos tiempos la adoptaron como su principal alimento y fuente de subsistencia.
Se cultivaba en altitudes comprendidas entre 3,800 a 4,500 metros sobre el nivel del mar, lo que la hace una planta muy adaptable al medio, capaz de resistir las bajas temperaturas e inclemencias del tiempo, así como plagas y enfermedades del altiplano; para lograr lo anterior, la maca desarrolla defensas propias para su subsistencia, como son las antocianinas, que tienen un efecto antioxidante en ella, haciéndola, como ya lo mencionamos anteriormente, muy resistente.
Desde la época pre-Inca, la maca fue considerada un regalo de los dioses; se cultivaba y se ofrendaba en diversos rituales; se le reconocían bondades para mejorar las capacidades físicas y mentales. Cuenta la historia que los incas alimentaban a sus tropas con ella, para potenciar la fortaleza de los combatientes.
La maca puede ser consumida directamente pero su sabor es un poco arenoso, así que tienes las alternativas de consumirla en cápsulas que facilitan su consumo, en polvo que puedes mezclar con jugos, agua o leche, y harina que puede ser utilizada en panes u otras recetas. Según estudios, la dosis recomendada al día sería en polvo de 5 a 10 gr. (de una a dos cucharaditas) o en cápsulas de 3 a 6 al día. Recuerda que el secreto para recibir sus beneficios es la constancia.
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Fotos: Serperuano.