Domingo, 24 de Noviembre del 2024
Lima, mar. 21. Cuando hablamos de familia, nos referimos al núcleo básico de la sociedad, pero en este caso, la “familia” de Metallica puede ser considerada como el núcleo básico del rock.
Y es que el cuarteto estadounidense se presentó una vez más en nuestra capital y, como era de esperarse, las expectativas fueron ampliamente superadas.
Alrededor de 30 mil personas colmaron las instalaciones del Estadio Nacional, 30 mil miembros de la “familia” Metallica, tal como llamó James Hetfield al respetable (“You are our family, you are the Metallica’s family”).
El concierto no pudo empezar mejor. Luego de las correctas presentaciones de Cateura y De la Tierra, el cuarteto más famoso del trash metal hizo su aparición en el escenario al ritmo de Battery, el primer tema que de inmediato puso al público a mil por hora.
Hetfield y compañía (Kirk Hamett, Robert Trujillo y Lars Ulrich), eran un poderoso y frenético vendaval sobre el escenario. No había tiempo para respirar. La fuerza era incontenible y las canciones venían unas tras otras, respetando el setlist que previamente el público local había elegido.
Master of Puppets y Welcome Home (sanitarium), siguieron marcando la pauta. El vocalista de la agrupación miraba satisfecho a su público peruano, a su “familia”.
Dos grupos de jóvenes se apostaron a los costados del escenario. Los afortunados tuvieron la “dicha” de compartirlo con el grupo, algo que nunca olvidarán por el resto de sus vidas; y más aún Saulo, Henry y Manuel, quienes fueron invitados por Hetfield a decir los nombres de las canciones que el cuarteto iba a entonar.
Noche intensa
La noche no perdía intensidad. The Unforgiven, Fade to the Black, Ride the Lighting mantenían en vilo a la gente. El pogo en las primeras filas era inevitable y llegó el momento del primer clásico: con las luces apagadas, se escuchó el estruendo de las balas de los fusiles y los petardos sobre el escenario. Era el preludio de One.
En realidad, este nuevo concierto de Metallica en Lima parecía la continuación de aquella memorable velada de 2010, solo que en esta ocasión, los fanáticos limeños le dijeron a sus “hermanos” lo que debían de tocar.
Posteriormente vinieron otros éxitos de la banda, como Whiplash, The Four Horseman, Disposible Heroes y And Justice for All. Como era obvio, no podía faltar el homenaje al amigo que partió a la eternidad en septiembre de 1986. Cliff Burton fue recordado con la genial Orion, una vibrante pieza instrumental que culminó con un “God Bless to Cliff” (Dios bendiga a Cliff).
Enter Sandman se sumó al repertorio, así como Creeping Dead, Fight Fire with Fire, Lord of Summer (tema de su próximo disco) y la ganadora de la encuesta realizada la misma noche del concierto: Hit The Lights. Al final, la noche cerró con la magistral Seek and Destroy y una promesa de un pronto regreso. Y es que a la “familia” siempre se le cumple y Metallica así lo entiende.
