El líder del partido opositor Voluntad Popular, Leopoldo López, se entregó -como lo prometió- a las autoridades venezolanas, que lo culpan por la muerte de tres personas en las protestas callejeras de la semana pasada.
Momentos antes de entregarse, López apareció vestido de blanco en la plaza Brión de Chacaito, en el este de Caracas, y le dijo a sus simpatizantes, que estallaron en júbilo al verlo, que él “nunca se iba a ir de Venezuela” por qué su lucha es a favor de los venezolanos que sufren a diario con un Gobierno que no les ofrece un futuro.
“La otra opción es quedarme escondido en la clandestinidad pero esa opción sembraría la duda en algunos”, aseveró López, quien aseguró que se va a entregar a una justicia “injusta y corrupta”.
“Los delincuentes son premiados por el Gobierno y los venezolanos que queremos la paz nos quieren encarcelar”, agregó.
“Los jóvenes no tienen empleo, futuro, por un modelo equivocado que es importado de otros países. Tenemos que construir una salida a este desastre. Esta salida tiene que ser pacífica. Tiene que ser dentro de la Constitución pero también en la calle”.