Lima, feb. 15. Un nuevo satélite de investigación científica de mayor envergadura que el Chasqui 1, recientemente lanzado al espacio, están construyendo estudiantes y científicos de la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI), en cooperación con sus similares de la Universidad Estatal del Sur oeste de Rusia.
Se trata de un aparato de 30 kilos de peso en el cual se trabaja desde el año 2011 de manera conjunta con la citada entidad rusa.
“Hemos acordado trabajar 50 por ciento cada uno y cuando concluyamos las partes las intercambiaremos”, dijo a la agencia Andina el rector de la UNI, Aurelio Padilla.
La plataforma del satélite está construida de aleación especial de aluminio anodizado. Tiene forma hexagonal y mide 30 centímetros por lado.
Este artefacto orbitará a una altitud aproximada de 400 kilómetros, durante seis meses, luego de lo cual descenderá hasta los 100 kilómetros y luego se incinerará solo en el espacio.
Su función será tomar datos como las condiciones atmosféricas, flujo de aire, gases, temperaturas y otras variables para procesar.
En este satélite se colocarán dos cámaras de resolución media que estarán en el espectro visible y habrá un codificador de imágenes que comprimirá éstas hasta reducirla a un tamaño que permita trasmitirla a la Tierra.
“El tiempo de descarga de las imágenes comprimidas a la Tierra será menor y eso es importante porque solo habrá 10 minutos como máximo para tener un enlace con el satélite”, explicó por su parte el ingeniero Rubén Acosta, que conforme el equipo de científicos que trabaja en el proyecto.
Dará 16 vueltas diarias a la Tierra
El nuevo satélite dará 16 vueltas diarias a la Tierra y pasará por el Perú aproximadamente cada 90 minutos, momento que debe ser aprovechado por los científicos de la UNI para recoger los datos.
Otro de los módulos que los científicos de la UNI aportarán para ese satélite será un capturador de señales de baja frecuencia, que permitirá buscar correlación entre los sonidos captados y la ocurrencia de fenómenos naturales, como tormentas, sismos y otros.
“Cuando los radioaficionados emiten sonidos de muy baja frecuencia, éstos se pueden reproducir con un equipo amplificador y una antena. Esa señal se procesa produciendo una serie de sonidos y ese experimento queremos emular en el espacio pero con la ventaja de estar lejos de la interferencia de los 60 Hertz de líneas de alta tensión que dan energía a las fábricas y a los hogares”, explicó el ingeniero Ramón Vargas, otro integrante del equipo.
Agregó que también podrían recibirse sonidos de otros planetas del sistema solar y fuera de él, así como de las estrellas y también efectos del llamado viento solar.
El tercer módulo de la UNI corresponderá al sistema de control de las funciones y la estabilidad del satélite, explicó José Oliden, otro de los ingenieros participantes en el proyecto.
Se espera concluir el satélite este año con toda la parte técnica para pasar luego a la prueba de integración de ambos países.
El 5 de febrero último, la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI) pasó a la historia al lanzar su primer nanosatélite Chasqui I al espacio luego de varios años de preparación y experimentación.