Valentina Shevchenko buscará más coronas para el Perú

Publicado el 20/01/14

Nacida en Rusia, no hay muchas cosas que recuerde del país europeo. Su amor por el Perú le permite seguir de pie, con entereza para acumular coronas máximas porque las 15 colocadas en su vitrina no son suficientes.

Mientras nos enseña sus golpes más certeros, Shevchenko da muestra de su cariño por la nación que la acoge. No se esconde nada, es directa. Cada vez que sus recuerdos la transportan al 20 denoviembre de 2008 –fecha en que arribó al Perú–, un suspiro cubre su delicada figura. Reconoce que su espíritu aventurero la trajo por tierras latinoamericanas, pues creía que el continente la jalaba, teniendo en cuenta su gusto por el idioma español. Del Perú solo tenía un conocimiento vago de un lago llamado Titicaca por sus libros cuando era escolar.

En un primer momento, el miedo por cruzar el océano le hizo retroceder en su deseo de emprender el largo viaje, pero el técnico Pavel Fedetov la impulsó a concretarlo.

Ya en Lima, comenzó a interesarse en el auge del muay thai, disciplina que practica desde los 5 años. Recibió una invitación para desarrollar clases y charlas en provincias sobre este deporte de contacto. El cariño de la gente se mezcló con su gusto por el país creando un sentimiento infranqueable que la llevó a tomar la decisión de quedarse hasta el día de hoy.

“Ya me acostumbré al lugar, hasta pienso que crecí acá. Es un gran país que me adoptó, me siento como en casa. Me gusta estar aquí, vivir su aire, su ambiente. No solo hablamos de Lima, sino de provincia, como la Selva, la Sierra. Amo al Perú”, comenta Valentina.

La falta de apoyo en el deporte peruano no jugó contra su decisión, todo lo contrario, se hizo más fuerte.Trabaja para hallar el fortalecimiento del muay thai, para así continuar brindándole al Perú más títulos mundiales. Hasta ahora, consiguió cinco cinturones con la rojiblanca y espera, en un tiempo no muy lejano, constituir un equipo capaz de competir con grandes potencias mundiales.

Una de las cualidades que resalta en Valentina Shevchenko es su profesionalismo dentro y fuera del ring porque para la deportista de 25 años las artes marciales no son una forma de ganar dinero y fama. Es su forma de vivir, su forma de pensar, su forma de respirar.

Fue convocada para un programa televisivo de pelea de gran audiencia. No obstante que esa presentación le generaba buenos ingresos, no dejó de pensar en su disciplina ni en los títulos mundiales. Puso como condición tiempo para entrenar y prepararse, situación que no fue bien vista, por lo que fue cambiada. En su reemplazo estará su hermana Antonina, quien también es campeona mundial de muay thai.

“Estar en un  mundial es complicado, es someterse a una maratón de peleas y es por ello que necesito demasiada concentración. Esta presión y adrenalina me hace estar viva”, sostiene.

Cuando no está sometida a los exhaustos entrenamientos de seis horas diarias, imparte sus conocimientos a las jóvenes promesas. Entre sus más rígidas enseñanzas está no contentarse con obtener solo un triunfo ni esperar el reconocimiento de los demás por lo ganado.

“Creo que el error está cuando ganan una o dos peleas, pues creen merecerse toda la fama y la ayuda del mundo. Si se consigue una victoria, se debe trabajar el triple para mantener ese nivel. Uno mismo debe invertir mucho más de lo que recibe. Nunca pienso que es suficiente, me falta una eternidad”, agrega la peruana de corazón que ya inició los trámites para obtener su DNI.

Valentina se reinventa con cada título, con cada aplauso y con cada muestra de cariño de un pueblo que no la vio nacer, pero que goza de sus coronas y de su entrega por los colores patrios. Rusia quedó en su pasado para dar pase a su presente y futuro llamado Perú.

Sus próximas peleas están programadas para  febrero y marzo. Primero tendrá una pelea ante una brasileña en el Perú, válida para el ranking MMA, y luego disputará otro título mundial.