Madrid, dic. 10 . Un total de 562 escritores de 82 países, entre ellos cinco premios Nobel, firmaron un manifiesto contra el espionaje masivo de los Gobiernos revelada por el estadounidense Edward Snowden, publicado en la plataforma de peticiones change.org.
“Exigimos tener el derecho de cuáles serán los datos personales que pueden ser recolectados, almacenados y compilados, y por quién”, dice el manifiesto titulado “En defensa de la democracia en la era digital”.
“Exigimos estar informados acerca de dónde permanecerán almacenados nuestros datos y de qué manera serán utilizados. Y exigimos que esos datos sean borrados cuando sean recogidos y almacenados de forma ilegal”, prosigue la nota.
Los escritores piden además a la ONU crear una Convención Internacional de los Derechos Digitales para proteger a los ciudadanos en la era digital.
“Pedimos a la ONU que reconozca la importancia central de la protección de los derechos civiles en la Era Digital y que cree una Convención Internacional de los Derechos Digitales”, señala el llamamiento.
En la lista figuran las firmas de premios Nobel de Literatura como el turco Orhan Pamuk, el sudafricano J. M. Coetzee, la austriaca Elfriede Jelinek, el alemán Günter Grass y el sueco Tomas Tranströmer, así como la india Arundhati Roy y el israelí David Grossman.
Entre los latinoamericanos se encuentran los colombianos Héctor Abad Faciolince, Óscar Collazos, Antonio Ungar, Juan Gabriel Vásquez, Óscar Guardiola-Rivera, el peruano Santiago Roncagliolo y las mexicanas Alma Guillermoprieto y Ángeles Mastretta.
De la península ibérica suscribieron el manifiesto Javier Cercas, Juan Goytisolo, Javier Marías, Antonio Muñoz Molina y Rosa Montero.
El texto del manifiesto es el siguiente:
“En los últimos meses, el alcance de la vigilancia masiva se ha convertido en un hecho bien conocido. Con unos cuantos clics de ratón, el Estado puede acceder a nuestros dispositivos móviles, nuestro correo electrónico, nuestras redes sociales y nuestras búsquedas en internet. Puede seguir la pista de nuestras inclinaciones y actividades políticas y, en colaboración con empresas proveedoras de Internet, puede reunir y almacenar todos nuestros datos y, por tanto, predecir nuestras pautas de consumo y nuestro comportamiento.
El pilar básico de la democracia es la integridad inviolable del individuo. La integridad humana no se limita al cuerpo como un ente físico. Todos los seres humanos tienen derecho a no ser observados ni molestados en sus pensamientos, sus entornos personales y sus comunicaciones.
Este derecho humano fundamental ha quedado anulado y vaciado de contenido por culpa del mal uso de los avances tecnológicos que hacen los Estados y las empresas que llevan a cabo programas masivos de vigilancia.
Una persona vigilada deja de ser libre; una sociedad vigilada deja de ser una democracia. Si queremos que nuestros derechos democráticos sigan teniendo validez, es necesario que se respeten en el espacio virtual además del espacio físico.
• La vigilancia viola la esfera privada y pone en peligro la libertad de pensamiento y de opinión.
• La vigilancia masiva trata a todos los ciudadanos como posibles sospechosos. Anula uno de nuestros triunfos históricos, la presunción de inocencia.
• La vigilancia vuelve transparente al individuo, mientras que el Estado y las empresas actúan en secreto. Como hemos visto, este es un poder del que se abusa sistemáticamente.
• La vigilancia es un robo. Estos datos no son de propiedad pública; nos pertenecen a nosotros. Cuando se utilizan para predecir nuestro comportamiento, nos están robando algo más: el principio del libre albedrío, parte esencial de la libertad democrática.
» Exigimos el derecho a que cada ciudadano decida cuáles de sus datos personales pueden —a falta de un procedimiento legal legítimo— reunirse, almacenarse y procesarse, y quién puede hacerlo; a que pueda informarse sobre dónde se almacenan y cómo se emplean sus datos; a lograr que se borren sus datos si se han obtenido y almacenado ilegalmente.
» Exigimos a todos los Estados y empresas que respeten estos derechos.
» Hacemos un llamamiento a todos los ciudadanos para que se levanten a defender estos derechos.
» Hacemos un llamamiento a Naciones Unidas para que reconozca la vital importancia que tiene la protección de los derechos civiles en la era digital y cree una Carta Internacional de Derechos Digitales.