JULIO CÉSAR URIBE, EL ELEGIDO

En un sondeo de opinión realizado por la empresa encuestadora Ipsos Perú a fin de elegir al técnico más indicado para dirigir a la selección peruana de fútbol, Julio César Uribe obtuvo el mayor porcentaje con 34%, superando largamente a Roberto Mosquera, con 19%. Lejos, muy lejos se ubicaron Claudio Vivas (6%), Ángel Comizzo (5%), Fredy García (4%) y Daniel Ahmed (4%).

Sabemos que designar una determinada opción por mayoría no implica que esa opción sea necesariamente  la mejor. Por eso, para tener una idea cabal del universo entrevistado hubiese sido aconsejable una encuesta más concienzuda, que incluyera preguntas como ¿a quién o a quiénes no elegiría técnico de la selección? ¿Qué referencias tiene del técnico elegido?, etc. Con un sondeo tan elemental no sabemos si el encuestado eligió con pleno conocimiento, si pecó de ignorancia o si, lo que es muy común en nuestro país, se impuso la amnesia.

Como era de esperarse, Julio César Uribe recibió el resultado con satisfacción: “Es una cifra que me hace sentir contento por el reconocimiento de la gente de mi país. En el tiempo valoran lo que hice por mi selección de manera honesta, intensa y profesional”, señaló en una entrevista concedida a un medio conocido. En suma, el tiempo ha permitido que se genere una revaloración favorable de sus dos gestiones al mando de la selección.

Cuando el periodista le arguye que ya tuvo dos oportunidades (en 2001 y 2007), el Diamante negro sostiene lo siguiente: “La primera vez, el equipo estaba casi eliminado y la segunda fueron 5 meses. Además, ante Uruguay, en la Copa, se jugó muy bien. En general, me siento agradecido. No es casualidad que hayamos clasificado a una siguiente etapa de Copa América solo con 15 días de trabajo. Hicimos grandes partidos tácticamente”.

En primer lugar habría que precisar que Julio César Uribe asumió el mando de la selección en el año 2000, debutando el 8 de octubre contra Bolivia en partido oficial por las Eliminatorias 2002. Su último partido del proceso eliminatorio lo dirigió el 14 de noviembre del 2001. En segundo lugar, no se equivoca cuando sostiene que tomó las riendas del equipo al borde de la eliminación. Sin embargo, debemos tener presente que Julio César Uribe retomó el sueño de su antecesor, Francisco Maturana; más aún, lo repotenció: Convocó nuevos jugadores, diseñó un nuevo sistema de juego y desplegó todo su bagaje de conocimientos futbolístico en conferencias de prensa, entrevistas y reportajes. Sin que nadie se lo pidiera se impuso la tarea de dar cátedra de fútbol cada vez que tomaba la palabra. Empero, en 10 fechas Eliminatorias apenas pudo sumar ocho puntos. Francisco Maturana, con menos partidos logró el mismo puntaje. Si el colombiano dio vida a la ilusión de la clasificación para luego postrarla y dejarla en estado agónico, Julio César Uribe se encargó de liquidarla, enterrarla y colocarle la lápida.

En tercer y último lugar, Julio César Uribe acierta cuando afirma que contra Uruguay en la Copa América 2007 el equipo peruano jugó muy bien, pero se equivoca cuando arguye que se hicieron grandes partidos tácticamente. ¿Cómo se puede realizar grandes partidos tácticamente cuando se pierde sin objeción ante Venezuela, se empata jugando muy mal ante Bolivia y se cae por goleada ante Argentina? Nos recuerda sus declaraciones después del partido que su equipo, Alianza Lima (1995) pierde un partido clave ante FC. Melgar: “La estrategia fue perfecta, pero no hubo respuesta de los jugadores”.

A pesar del balance negativo de sus dos gestiones, no apreciamos en sus declaraciones ninguna autocrítica, necesaria si pretende aspirar por tercera vez al cargo de director técnico de la selección; más bien se limita a refrendar un sondeo que le ha sido favorable, al parecer gracias al poco o nulo conocimiento de mucho de los entrevistados y al olvido de otros.

POR: RVP