Lunes, 23 de Diciembre del 2024
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Conocimientos asociados a la renovación anual del puente Q’eswachaka son declarados Patrimonio de la Humanidad

Publicado el 04/12/13

Los conocimientos, saberes y rituales asociados a la renovación anual del puente Q’eswachaka serán inscritos en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la UNESCO durante la octava reunión del Comité Intergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial que se realiza en la ciudad de Bakú, Azerbaiyán, entre el 2 y el 7 de diciembre.

Para recibir esta buena noticia para el Perú, viajaron a Bakú el titular de la Dirección Desconcentrada de Cultura de Cusco, David Ugarte Vega Centeno; y la directora de Patrimonio Inmaterial del Ministerio de Cultura, Soledad Mujica.

Ambos, acompañados por Victoriano Arizapana y Eleuterio Callo, los dos chakaruwaq o tejedores de puentes, responsables principales de la renovación anual del Q’eswachaka; y Cayetano Canahuire, sacerdote andino que oficia los rituales que permiten que la renovación se haga bajo la protección de los apus y la pachamama.

La renovación anual del puente Q´eswachaka es un ejemplo palpable de la continuidad de una tradición cultural existente desde tiempos prehispánicos. Se encuentra sobre el río Apurímac, en el distrito de Quehue, provincia de Canas, región Cusco. Su renovación anual, a cargo de las cuatro comunidades campesinas de Quehue, se realiza cada año durante la segunda semana de junio. Este nuevo logro para el Perú se obtiene luego de un largo proceso de evaluación del expediente técnico presentado en el 2010 por el Ministerio de Cultura a la UNESCO.

El Perú ha inscrito cinco elementos en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad: las tradiciones orales y manifestaciones culturales del pueblo Zápara (inscrito en conjunto con Ecuador), en 2008; el arte textil de Taquile, en 2008; la danza de tijeras, en 2010; la Huaconada, danza ritual de Mito, en 2010; la peregrinación al Santuario del Señor de Qoyllurit’i, en 2011.

El puente Q´eswachaka

Cada año, en el mes de junio, más de mil integrantes de las cuatro comunidades de Quehue (Hunchiri, Chaupibanda, Choccayhua y Ccollana Quehue), provincia de Canas, región Cusco, se reúnen durante tres días para renovar el puente Q´eswachaka, el cual forma parte de un tramo secundario del Qhapaq Ñan, en la ruta entre Cusco y Apurímac.

Está ubicado sobre un tramo del río Apurímac, a una altitud aproximada de 3.700 metros sobre el nivel del mar. Tiene una extensión de 28 metros y un tablero de 1,20 metros de ancho. Se ancla en grandes bases de piedra que se yerguen en cada extremo de la quebrada.

Es el único puente colgante fabricado enteramente a mano, a partir de fibras vegetales de origen local y cuyo tradicional proceso de reposición anual se ha mantenido constante desde hace por lo menos 600 años.

La renovación se realiza con la modalidad de la mink´a o minga, una forma andina de trabajo colectivo no remunerado que tiene como finalidad obtener beneficios comunes. Cada familia de las comunidades citadas tiene la obligación de fabricar una soga denominada q´eswa de 40 brazadas de largo (alrededor de 70 metros), confeccionada con una fibra vegetal llamada q´oya (Festuca dolichophylla), gramínea de la familia del ichu.

 Primer día: la renovación del puente se inicia un jueves. Se practica un ritual ancestral para rendir culto a las deidades tutelares de la zona a cargo de un oficiante llamado paqo, quien realiza una ceremonia a la pachamama o madre tierra en una mesa ritual. Los principales productos que se colocan sobre la mesa son hojas de coca, mazorcas y granos de maíz, vino servido en un vaso de madera tradicional o qero, cigarrillos, un feto de llama y varios huevos de gallina. Este día los pobladores de las cuatro comunidades que forman el distrito elaboran grandes sogas a partir de las q´eswas o soguillas hechas de fibra vegetal. Una vez listas estas sogas servirán como base del puente y como barandas.

 Segundo día: por la mañana, muy temprano, el paqo dispone nuevamente la mesa de ofrendas, luego de recibir la autorización de la pachamama y de los apus, los comuneros instalan en las bases incas los duros y los makis, grandes sogas que sirven de piso y pasamanos del puente, que fueron elaborados el día anterior.

Tercer día: los chakaruwaq, o tejedores de puentes, Victoriano Arizapana y Eleuterio Callo, se reúnen temprano en la mesa ritual y después de recibir a través del paqo el permiso del pachamama y de los apus empiezan la delicada y arriesgada tarea de tejer el tablero del puente. Cuando comprueban la firmeza de la estructura de sogas colocada el día anterior se sientan sobre la base del puente e inician el tejido. Esta dura labor suele tomar todo el día.

Cuarto día: se realiza una gran celebración donde participan todos los comuneros de las cuatro localidades festejando la renovación del puente.

 La renovación anual del puente Q´eswachaca es el elemento fundamental de la identidad cultural de la población de Quehue y representa el vínculo que establece con la naturaleza y con la historia. Es un ejemplo de la riqueza del patrimonio inmaterial del país, y un símbolo de orgullo que hoy el mundo reconoce.



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