La declaratoria por parte de Naciones Unidas como Año Internacional de la Quinua (AIQ) sirvió como marco para diversas actividades que generaron un mayor dinamismo del mercado y redundaron en el bienestar de 70,000 familias peruanas, de pequeños y medianos agricultores, que dependen del “grano de oro”. Las exportaciones del “grano de oro” llegaron a los 52 millones de dólares. En los próximos dos años, otras 10,000 familias altoandinas se sumarán a las beneficiadas.
Al respecto, el titular del Ministerio de Agricultura y Riego (Minagri), Milton Von Hesse La Serna, destacó que el año que se va “es excepcionalmente importante”. Recordó que si la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) apostó por darle tal denominación a 2013, fue por el descubrimiento en los países industrializados de las altas propiedades nutritivas del grano y su rol en la alimentación mundial.
“Pero, sobre todo, porque la quinua se caracteriza porque es producida por poblaciones en extrema pobreza en zonas aisladas, débilmente articuladas a los mercados”, subrayó. El año pasado se conformó una Comisión Multisectorial para la AIQ-2013, encabezada por el Minagri, que diseñó el calendario de actividades. En el tema de producción, se trabajó en la investigación del mejoramiento del grano. Así, el Instituto Nacional de Innovación Agraria (INIA) logró cuatro variedades de quinua, tanto para la Sierra como para la Costa.
Estas variedades “liberadas” en la Sierra permiten duplicar la productividad, pasando de la tonelada por hectárea a alrededor de dos toneladas “con un nivel tecnológico no muy sofisticado”, precisó el ministro. Este año se continuó ganando hectáreas y la quinua “ha entrado en Junín, Cusco, Ayacucho, Apurímac y Arequipa, y ahora se viene fuerte hacia la Costa”, auguró el ministro, mientras recuerda que también se trabajó y subsidió la asociatividad de los productores, lográndose hasta siete planes de negocios, la mayoría en Puno.
Para la región costera se tiene dos variedades, las que con un manejo adecuado permitirá superar las cuatro toneladas por hectárea. Requerirá químicos, con lo cual el cultivo dejará sus características orgánicas y pasará a ser un cultivo comercial tipo commodity”, dijo Von Hesse. Eso permitirá aumentar la producción y el precio tenderá a estabilizarse. Con respecto a la promoción, la quinua peruana fue difundida en diversos eventos internacionales. Justamente en Nueva York, siete asociaciones de productores se pusieron en contacto con traiders norteamericanos.
La promoción del “grano de oro” continuó por Madrid, Roma, París, y en China. Y nuestra red de embajadas realizó eventos para estimular su consumo. ¿El resultado? Se pasó de exportaciones de quinua de 30 millones a 52 millones de dólares, entre 2012 y 2013. “Quiere decir que la quinua es una estrella creciente en nuestras exportaciones”, refirió Milton von Hesse, para quien los resultados permiten la inclusión social y productiva de los pequeños y medianos productores que busca el Gobierno central.
“Los pequeños agricultores que no estaban articulados, ahora tienen procesos sostenibles y la quinua les otorga dinero directo para sus bolsillos. Si esto sigue así, en los próximos dos años un mínimo de 10,000 hogares más altoandinos podrían beneficiarse de la quinua”, remarcó. El titular del Minagri considera que las élites internacionales fueron las que descubrieron los valores nutricionales de la quinua y, poco a poco, su consumo ha ido “bajando” hacia las clases medias altas y ya penetra en las clases medias.
“En la medida que siga bajando y se vuelva un alimento también demandado popularmente, vamos a tener opción para todo lo que vamos a producir”, acotó. A la par, el precio de la quinua en el mercado local se elevó considerablemente. Para el ministro sucede que “en Lima, después de haberle dado la espalda a la quinua por 400 años, ahora sí queremos consumirla porque está de moda y ya no se le ve despectivamente como alimento de serranías”.
“Ahora todos quieren comerla: y esa demanda hace subir los precios. Es un problema para el consumidor urbano, pero el productor rural ve que aumentan sus ingresos”, anotó. De las variedades peruanas, la que tiene mayor demanda en el mercado internacional es la quinua perlada. Pero el mercado ya empezó a descubrir las quinuas de colores, gracias a la participación del país en eventos científicos internacionales.