Después de realizar varias inspecciones durante su visita a Siria a finales de agosto, inspectores de la ONU confirmaron esta mañana que las más de 1400 personas que murieron el pasado 21 de agosto cerca a Damasco fue por los efectos del gas sarín.
“Las muestras medioambientales, químicas y médicas que hemos recogido son pruebas claras y convincentes de que se utilizaron misiles tierra-a-tierra con el agente nervioso gas sarín en la región de Guta de Damasco”, dice el primer fragmento del informe que acaba de ser publicado y que recoge la agencia AP.
De esa forma, se confirma lo que para Estados Unidos ya era un hecho. Sin embargo, el informe de la ONU no precisa quién es el culpable. Según los inspectores, ellos no tenían mandato para investigar quién es el responsable.
En tanto, la Comisión de investigación de la ONU sobre violaciones de derechos humanos en Siria anunció hoy en una rueda de prensa en Ginebra que investigaba 14 supuestos casos de ataques químicos, que habrían sido cometidos desde septiembre de 2011, sin saber quién los habría causado.
“Investigamos 14 presuntos casos de uso de armas químicas, pero no hemos establecido la responsabilidad de los autores” de estos crímenes, declaró Paulo Pinheiro, presidente de dicha comisión.