Con la caída de esa estructura de unas 16 toneladas, -vía entre la playa San Pedro y el centro histórico de Lurín- también se vino abajo el contenedor que llevaba seis mil galones entre gasolina y petróleo. La cabina de manejo se mantuvo sobre lo que quedó del puente. Así, gran cantidad del combustible que transportaba el cisterna se derramó en la pista y ello fue otra gran preocupación para las 18 unidades bomberiles que laboraron allí.
“Procuramos primero salvar la vida de la persona atrapada y a su vez tratamos de controlar la fuga diluyendo el combustible con agua para evitar que se produzca una tragedia mayor”, señaló el comandante Mario Casareto, director de Comunicaciones de los Bomberos, quien detalló además que el estado del conductor es muy delicado. Los socorristas también echaron tierra y espuma en el asfalto para disminuir la situación de riesgo.
Víctor Portilla Montoya fue conducido a la clínica San Pablo de Surco donde los médicos corroboraron que había sufrido fracturas en las piernas y múltiples contusiones. Mientras tanto, la mitad del puente desplomado obstaculizó el tránsito por los carriles de la Panamericana Sur que van de sur a norte. Autos y buses en ese recorrido tuvieron que ser desviados a la antigua carretera Panamericana.