Fundación Euroidiomas presenta en su Espacio de arte la muestra “Game Over”, segunda individual del artista Milton Miranda (Lima, 1975). Una muestra que reúne un conjunto de pinturas en gran formato, llenas de color e iconografía propia de la cultura digital.
La expresión “Game Over” (el juego ha terminado) utilizada en el mundo de los videojuegos, es tomada por Milton Miranda para ironizar ese espacio público que es la ciudad, como el gran escenario de un role-playing game, o juego de roles, grandilocuente, lleno de color, peligro, reglas y señales donde los habitantes se convierten en masas y flujos que circulan, se detienen y vuelven a circular. El artista ironiza “ese espacio de caos formalizado, con alegorías y símbolos que dialogan con toda una cultura actual ligada a lo digital, a las imágenes en High Definition (videojuegos, dibujos animados y casinos) para hablarnos también de una generación de la cual el artista forma parte, los 80, al traernos un conjunto de imágenes como pantallazos que se superponen entre cartoons, arcángeles, animales y noticiarios”, acota la curadora Issela Ccoyllo.
MILTON MIRANDA (Lima ,1975) egresó con el Primer Lugar en la especialidad de Pintura de la Facultad de Arte de la PUCP (2001). Estudió en la Ecole Supérieure des Beaux-Arts Le-Mans, Francia (2003). Obtuvo el Premio Adolfo Winternitz de la PUCP en 1999, 2000 y 2001, entre otras distinciones como Mención Honrosa en el IX Concurso de Artes Visuales Pasaporte para un Artista 2006 y finalista en el Concurso de Pintura Michell & Cía (2009), Salón de Dibujo Icpna (2004). En 2009 presentó su primera individual “UHF/Peatonal” en la Galería Le carré de’l art de la Alianza Francesa. “Game Over” es su segunda individual. Actualmente integra la Brigada Muralista junto a reconocidos artistas como Jorge Miyagui y Elio Martuccelli con los que lleva la experiencia muralista a diversos puntos del Perú.
Game Over se exhibe hasta el 26 de julio en el Espacio de Arte de la Fundación Euroidiomas, Libertad 130 Miraflores. Lunes a viernes de 9:00 a.m. a 9:00 p.m. y sábados de 9:00 a.m. a 6:00 p.m. El ingreso es libre.
Texto curatorial
Jugar en High Definition
Por Issela Ccoyllo
La ciudad como el gran escenario de un role-playing game o juego de roles, grandilocuente, que tiene movimiento, color, peligro, reglas y señales, es el lugar donde los habitantes se convierten en masas y flujos que circulan, se detienen y vuelven a circular. Es el espacio donde se desarrolla una dependencia de imágenes para ganar o perder, transformándonos en una pieza más del juego.
Con Game Over Milton Miranda intenta ironizar ese espacio público de caos formalizado, con alegorías y símbolos que dialogan con toda una cultura actual ligada a lo digital, a las imágenes en High Definition, o alta definición (videojuegos, dibujos animados y casinos). Ya en su primera individual UHF/Peatonal, Milton nos mostraba un canal de alta frecuencia para “mirar” a los peatones. Así aparecían las siluetas distorsionadas de un niño o de un policía, a través de líneas pintadas en diagonal, recurso que en esta muestra podemos ver en sus obras “Solo Bus”, “Con el corazón en la mano” y “Midiendo la felicidad”.
Game Over habla también de una generación de la cual Milton forma parte, los 80, y, aunque paradójicamente no se sintió completamente atraído por los videojuegos, nos trae una serie de imágenes, como pantallazos que se superponen entre cartoons, arcángeles, animales y noticias de la violencia interna que ya en los 90 había tomado Lima. Imágenes con las que es difícil no estar relativamente familiarizados, aunque también permanezcan sublimadas por nuestras retinas.
Y en medio de todo, Milton Miranda juega con Bug, el conejo de la suerte (y su alter ego), también juega –y denuncia– con el Escudo al reemplazar sus iconos por otros de videojuegos. Así, la cornucopia aparece sin el oro jugado y perdido. En una ciudad donde la vida está dominada por la economía, la búsqueda de suerte, de ganar y de tener éxito emergen como condiciones de dependencia y riesgo en los ciudadanos de pie y en aquellos motorizados. Es el juego real de nuestra corporeidad suspendida, fragmentada, dirigida por señalizaciones, identificada por números de placa. Somos li(e)bres y funambulistas hasta que aparece el niño con el Arco Iris, y la promesa de un Nuevo Sol. Para Milton “el juego NO ha terminado”.