Lima, jul. 11 . Más de 30 años después, el Ballet Nacional pone en escena El lago de los cisnes. Su versión para la temporada de Fiestas Patrias da una lectura en clave contemporánea al clásico de Tchaikosvky.
Las compañías de ballet debaten su vida con duda hamletiana, ¿qué tendencias definirán su futuro?, ¿ballet clásico, neoclásico o contemporáneo? Ser o no ser.
“Lo que une a las tendencias es el movimiento. El bailarín tiene que hacer que su cuerpo exprese porque somos transmisores de emociones. Su finalidad es estremecer al público, para que el espectador, al irse, se sienta distinto a como entró.”
Con esa premisa, el coreógrafo español Fernando Hurtado y el Ballet Nacional del Perú han dado vida distinta al clásico de la danza mundial, El lago de los cisnes.
Aunque se sigue la dramaturgia original de la historia, aquí el cuento de la bella Odette, que se convierte en cisne, y el príncipe Sigfrido, tiene un final más gris, más acorde con nuestros tiempos.
En escena, el segundo trabajo del español con el Ballet Nacional (el primero fue Polos opuestos, en 2011), reinterpreta los movimientos y la estética de los bailarines para darnos “un cisne más moderno”: las coreografías corales han dado mayor protagonismo al trabajo del cuerpo de baile; la vestimenta y la escenografía también se modernizan.
El trabajo impecable de la Orquesta Sinfónica Nacional, dirigida por el maestro Fernando Valcárcel, hace contrapunteo en algunos momentos de la obra –escrita por Piotr Ilich Tchaikovsky (1840-1893)– con una guitarra eléctrica. Para Hurtado, este elemento perturbador ocasiona “inquietudes” necesarias cuando aparece en escena el maléfico barón Rothbart.
“La compañía ha sufrido una transformación muy positiva e interesante, en la calidad y cualidad de los bailarines, y ya ha tenido una aceptación muy importante del público, desde su primera temporada del año”, explica el director de elencos del Ministerio de Cultura, Mauricio Salas, para quien “el Estado tiene la responsabilidad de ampliar la oferta del público y formar nuevos públicos”.
El lago de los cisnes es la producción más grande que ha hecho nuestro primer elenco de danza escénica: involucra a 49 bailarines, 70 músicos de la OSN, además de figurantes y el equipo de producción. Es un nuevo camino por el neoclásico y contemporáneo. Y a fines de año, se anuncia, seguirán con Alicia, inspirada en Alicia en el país de las maravillas, consolidando este nuevo camino para la danza nacional.
Temporada
Del 12 al 23 de julio.
En el Gran Teatro Nacional. Viernes, sábado y martes a las 20:00 horas, y domingos, 17:30 horas.