(CRÓNICA) Brasil ganó su cuarta Copa Confederaciones

Cuando uno disfruta del Fútbol, y más cuando trabajas en este rubro del periodismo deportivo, tiendes a esperar finales. Y es que con ansias esperaba este partido entre brasileños y españoles, que no se pudo dar en la Copa Confederaciones del 2009 ante un atrevido Estados Unidos que sacó de la final a los europeos, en ese entonces nos robaban la posibilidad de ver un enfrentamiento entre estos dos grandes. Para ser exactos, la última vez que se enfrentaron estos dos equipos fue en el Mundial de México 86, así es, 27 años después nos encontrábamos con una final añorada. Era meritorio entonces, comprar unas cervezas en lata y sentarme al lado de mi padre para disfrutar lo que podría ser en ese momento de antesala, una final que estaba para cualquiera.

El Maracaná de Rio de Janeiro es un estadio que siempre ha cargado de malos recuerdos a los brasileños y es que en el mundial de 1950 Uruguay había logrado un impensado resultado que hiciera ganar a los “charrúas” esa Copa del Mundo. Desde ese momento el “Maracanazo” era un término que causo miedo a los auriverdes. El rival en esta final era España, que no solo es el actual Campeón Mundial sino que en el ranking FIFA está situada en el primer lugar y llegaba a este encuentro nada más y nada menos que con 29 partidos invicto. El encuentro “pintaba” con un Maracaná espectacular, mucha gente en las afueras del estadio solo se contentaba con escuchar el ruido que emitían los espectadores dentro del mismo, las calles se habían paralizado en Rio de Janeiro, fiesta de aquellas en el país carioca.

Empezaba un partido, en donde Brasil fue agresivo desde el primer minuto. Las cosas positivas se le daban a los locales cuando en el primer minuto Fred convertiría en Gol un balón que terminó metiendo ante la poca reacción de Iker Casillas y la complicidad de Arbolea que tuvo una displicencia para despejar la pelota en un centro desde la derecha. Cuando se pensó que los dirigidos por Scolari se meterían atrás, esperando y solo defendiendo, pasó lo contrario, la presión en la marca era increíble, algo que parece desconcertó a los españoles, trabajaron mucho los costados demostrando que Marcelo y Dani Alves son los mejores en su puesto a nivel mundial y teniendo ese medio campo exquisito, de toque, de “Jogo bonito” como en los comerciales de Nike, Oscar, Neymar, Hulk y Paulinho tocaban más que los tambores que usan en los Carnavales de Rio, era el juego más vistoso de Brasil en los últimos años, y uno se ponía a pensar “¡Y si Ronaldinho pondría de su parte, lo que sería este equipo brasileño!”.

Del Bosque mostraba un rostro de preocupación, España no podía dar más de cuatro pases seguidos, la buena presión y marca en todas las líneas, hacían incidir en el error a los europeos, el medio campo era bien trajinado. Xavi, Iniesta y hasta Mata se mostraban impotentes ante una tarea que no podía ser cumplida, el niño Torres no estuvo a la altura de enfrentar a los defensas brasileños. Llegaba en la recta final del primer tiempo, para mí, la jugada que definiría todo en el partido, un escape de Pedro que lo dejaba frente a frente a Julio César este definía bien, pero estuvo ahí David Luiz que de forma increíble logró impedir que el balón ingrese, sacándolo de la línea, a España no le salía nada, aunque ligeramente la posesión en la cancha era a favor de los rojos, le faltó algo que hasta ese momento si tenía Brasil: Efectividad.

Y como goles que no haces, goles que te hacen, llegaba la oportunidad para Brasil, una genialidad de Neymar para buscar espacios y retroceder a la par de la línea defensiva de España para romper la trampa del fuera de juego, y la pared con Oscar fue impecable, Neymar recibía y fusilaba a Casillas, fuerte y arriba como debe ser, el nuevo crack del Barcelona de España lo gritó con todo y se iba a celebrar con la “torcida”. Así, llegábamos al final de la primera etapa con un Brasil que hacia mejor las cosas siendo justa su victoria hasta ese momento.

El segundo tiempo fue muy parecido al primero, inclusive el tercer gol brasileño llegaría por coincidencia también en el primer minuto, triangulación de fantasía en la ofensiva auriverde, Neymar engañaba a la defensa dejando pasar el balón y Fred cruzado al otro palo de Casillas ponía su doblete y el tercero que sellaba la goleada, partido perfecto para los anfitriones. Tal vez creció algo más de inseguridad para los españoles dos cosas, en primer lugar un penal fallado por Sergio Ramos, que la tiro fuera ante la presencia de Julio César y luego lo más importante, la tarjeta roja que le mostraban a Piqué, algo que no solo desmoralizó al defensa, sino también a Shakira, su pareja, que atentamente observaba como España perdía una racha importante.

El juego de Brasil fue constante, y España nunca se atrevió a replantear completamente, Jesús Navas quiso desequilibrar con su ingreso, Del Bosque apostó también por el “Guaje” Villa pero todo intento era en vano, a Brasil todo le iba a salir bien en esta final. Pitazo final, Brasil es justo campeón de esta Copa Confederaciones, esta Copa que viene a ser un “Mundialito”, una antesala precisa de lo que será el mundial, que sin duda, ahora tiene un candidato serio como Brasil, que ha levantado mucho los últimos años y que esperamos sea el reinicio de su época dorada, hoy los “brazucos” empiezan a soñar despiertos y más aún cuando ya pueden vivir sin miedo a “Maracanazos”.