El francés, que es musulmán, tiene prohibido tener contacto con el alcohol. Por eso se enfadó con su compañero durante la celebración del Bayern Munich.
“No voy a volver a hablar a Jérome Boateng, sabe que soy musulmán. Estoy cabreado”, manifestó Franck Ribéry después de la escena que captaron con gracia los fotógrafos y en un primer momento causó diversión en el público bávaro que celebraba la Bundesliga conseguida por el Bayern Munich.
Los musulmanes consideran el alcohol “un sucio trabajo de Satán”, según traducciones del Corán. Creen que es capaz de afectar negativamente su relación con Dios. Y Ribéry advirtió expresamente a sus compañeros que en los festejos mantuvieran el alcohol lejos de su alcance.