Washngton, may. 22 . El Comité Judicial del Senado estadounidense aprobó el proyecto de reforma inmigratoria que un grupo bipartidista propuso al Congreso en abril, votación que llevará a esta propuesta a su discusión por el pleno de los senadores.
Los miembros del comité liderado por los legisladores demócratas emitieron 13 votos a favor, frente a cinco en contra. De ser aprobado, el plan constituye la primera revisión de la política de inmigración de la nación desde 1986, según CNN en Español.
Diez demócratas del comité se unieron para apoyar el proyecto de ley junto a tres republicanos: Jeff Flake (Arizona), Lindsey Graham (Carolina del Sur), y Orrin Hatch (Utah). Flake y Graham son dos de los cuatro autores republicanos del proyecto de ley.
El proyecto de ley fue promovido por el llamado Grupo de los Ocho durante varios meses el cual estaba integrado por cuatro senadores demócratas y cuatro senadores republicanos.
Los líderes de ambos partidos en el Senado mostraron su apoyo a la propuesta, una señal positiva para los partidarios que esperan ganar una sólida mayoría en el pleno de la cámara.
“Creo que el Grupo de los Ocho ha hecho una contribución sustancial para llevar el tema hacia adelante”, dijo el líder de la minoría republicana en el Senado, Mitch McConnell.
El líder del Senado, el demócrata Harry Reid, elogió el trabajo “magistral” del presidente del Comité Judicial, Patrick Leahy, demócrata de Vermont, para manejar alrededor de 300 enmiendas propuestas y avanzar en el proyecto de ley de 844 páginas.
La propuesta marca un camino de 13 años a la ciudadanía para la mayoría de los 11 millones de inmigrantes indocumentados en el país.
Su objetivo es fortalecer la seguridad fronteriza y aumentar el límite de visas para trabajadores altamente cualificados y el establecimiento de un nuevo programa de visas para trabajadores poco cualificados en las granjas de los Estados Unidos y en otros lugares.
Los defensores dicen que el cambio es necesario para resolver de forma permanente y justa la situación de aproximadamente 11 millones de residentes indocumentados.
Los críticos insisten en que enmascara una amnistía, premiando a aquellos que optaron por romper las leyes de inmigración del país.